Se cumplieron 4 meses desde el estallido que despertó a Chile. La movilización social no se detiene aunque ha bajado su intensidad. El “Pacto por la Paz y la Nueva Constitución” salvó a Piñera y a un régimen político que profundiza sus rasgos anti democráticos y represivos. Organizarnos para seguir adelante por una verdadera Asamblea Constituyente para cambiarlo todo, es la tarea del momento.
Las pinzas del Pacto: desmovilizar y cubrir la represión
El contenido central del “Pacto por la paz y a Nueva Constitución” ha sido sacar de las calles a quienes las tomamos por miles desde Punta Arenas hasta Arica. Para ello, en primer lugar se montó un dispositivo represivo que tiene miles de personas detenidas, mutiladas, heridas, violadas, etc. Primero producto del accionar del ejercito e ininterrumpidamente por el accionar criminal de Carabineros, que del minuto cero hasta el día de hoy no detuvo un momento su furia asesina contra la juventud y el pueblo movilizado.
Es por esto que indigna escuchar a Piñera y sus funcionarios, a los medios de comunicación y a los sectores de la derecha más reaccionaria hablar de violentos refiriéndose a la juventud, o querer señalar a “los capucha” como terroristas cuando en realidad, la capucha es una de las únicas herramientas para defenderse de la brutal represión del Estado para miles de jóvenes.
El episodio de las AK-47 de la última semana no hace más que confirmar lo que significa “la paz” para el gobierno y el Estado: reprimir a la juventud para seguir protegiendo los privilegios de un 1%.
Pero los últimos días, la represión ha pegado un salto y viene acompañada de una campaña “informativa” que pretende sumar al caos para justificarla. La quema de edificios emblemáticos como el Museo Violeta Parra, el Café Literario o la estación de Metro los Quillayes, la noticia de que camiones de Carabineros dejaron montañas de escombros en Parque San Borja y la fake news de que “terroristas de izquierda” traficaban armas por la frontera (luego se conoció que los fusiles AK 47 fueron comprados por pinochetistas trasnochados).
Piñera y los partidos del régimen pactaron para quitarnos de las calles y retomar el mando que perdieron el 18 de octubre, aún no lo logran por completo, pero ese es el verdadero sentido del pacto y nada diferente se podía esperar de la derecha, el tema es que los partidos que se plantean como la oposición, han prestado toda su ayuda a este montaje, siendo cómplices y garantes del accionar del gobierno, empezando por el FA, el PC y toda la ex Nueva Mayoria.
El Estado es una maquina violenta
Estos 4 meses de revolución ha dejado en evidencia que el Estado es una maquina violenta y al servicio de un pequeño, muy pequeño sector de la población: los ricos y privilegiados de Chile, quienes han desarrollado fortunas durante estos años mientras la gran mayoría del pueblo vimos deteriorarse nuestra vida hasta que nos hartamos.
Un Estado y un gobierno que disparan contra la juventud, que mutila y encarcela, que viola y desaparece. Con el único objetivo de proteger los beneficios y los negocios de las familias ricas y de las empresas imperialistas que exprimen nuestro país y nuestras vidas, es lo que está en cuestión.
Pero la situación es tal, que este Estado y sus instituciones fundamentales están profundamente cuestionadas, con niveles de aprobación exiguos. Piñera apenas llega al 6%, Carabineros al 20%, la justicia y el parlamento peor aún. ¿No es de una violencia enorme entonces que estas instituciones actúen contra la voluntad de las mayorías? ¿No es de una violencia inaudita que más de 2500 personas permanezcan detenidas en las cárceles, muchas de ellas menores de edad, por manifestarse? ¿No es violento que no se haya solucionado ninguna de las demandas por las que el país estalló en octubre?
Desde el Movimiento Anticapitalista entendemos que esas son las principales causas de la violencia y esos sus principales responsables, creemos que no se acabará la violencia mientras Piñera siga como si nada pasara mientras millones le exigimos que se vaya, mientras no se abra un verdadero proceso constituyente, con elección democrática y donde estén contempladas las instancias asamblearias, sin condicionantes ni vetos, un proceso constituyente a la medida de cambiarlo todo, que es ni más ni menos, lo que exigen las calles.
Y cuando nos referimos a cambiarlo todo hablamos de terminar con este Estado y sus instituciones, hablamos de construir una nueva institucionalidad, al servicio de la participación de las mayorías.
Disolver Carabineros y juzgar sus crímenes
Hay múltiples transformaciones por las cuales peleamos diariamente, sin embargo hay un planteo que cobra una importancia capital en estos días y tiene que ver con la institución fundamental de la represión en todo el proceso: Carabineros
Esta institución es responsable de decenas de asesinatos (miles si extendemos el tiempo de análisis), miles de mutilaciones y violaciones a los derechos humanos. Han salido a la luz casos de montajes para justificar esta violencia, infiltraciones, quemas de edificios, etc. Es una institución podrida y al servicio de la represión que debe ser desmantelada de inmediato y, mediante una comisión independiente, investigados y juzgados todos los casos de violaciones a los derechos humanos cometidos por los integrantes de esta fuerza, empezando por la oficialidad y llegando hasta el último “paco”.
Si bien, según algunos estudios, hubo un incremento del 30% en las renuncias a Carabineros desde el 18 de octubre a esta parte, casi no han existido casos de sectores que se hayan negado a reprimir, todo lo contrario, han mostrado una predisposición cínica para hacerlo, dejando en claro que de la herencia pinochetista son uno de los sectores más consolidados.
Imaginar una nueva Constitución, sosteniendo una institución como Carabineros, solo cabe en las cabezas de quienes quieren algún cambio cosmético sin cambiar de fondo. En nuestro caso sostenemos que la disolución es el único camino para esta y las demás fuerzas armadas, y que en el proceso constituyente hay que construir otra formaciones controladas por la sociedad, con formación en derechos humanos y perspectiva feminista, imposibilitadas para reprimir al pueblo y con posibilidad de organización sindical interna.
Autodefensa y organización para seguir hasta cambiarlo todo
En estos 4 meses se ha desarrollado una numerosa y combativa vanguardia joven, que ha enfrentado la represión y puesto en evidencia que hay disposición a cambiarlo todo. Esta vanguardia fue abandonada por las direcciones sindicales y políticas que ni se preocuparon en brindarles espacios de organización, incluso algunos de estos políticos amarillos los llamaron “extremistas” como Giorgio Jackson desde sus conferencias en EEUU, donde fue a probarse el terno de “personaje amigable” para el imperialismo.
Desde el Movimiento Anticapitalista creemos que fueron el corazón del proceso, quienes encendieron la mecha y quienes pusieron el cuerpo para que miles ganáramos las calles y ahora ha llegado el momento de dar un salto adelante en la organización política, para que los traidores no resuelvan por nosotros y nosotras.
Nuestra fuerza tiene las puertas abiertas para quienes estén dispuestos a construir una organización democrática y combativa, capaz de estar en las calles y sostener el programa de la revolución sin claudicaciones, que enfrente a la derecha y también a los amarillos, que siga hasta el final para botar a Piñera y lograr una verdadera Asamblea Constituyente para cambiarlo todo.
Te invitamos a construir con nosotres!