Piñera… Asesino igual que Pinochet

El pasado 22 de febrero, el gobierno de Sebastián Piñera (6% de aprobación popular), ha lanzado un Decreto Supremo del Ministerio de Defensa que le otorga atribuciones represivas a las Fuerzas Armadas. Frente a la inestabilidad creciente en el país, resultado de la nula respuesta a las demandas sociales, la salida que se plantean desde el poder es aumentar la represión. 

Tal como lo señalamos desde el 18 de octubre, mientras continúe en La Moneda, el gobierno de Piñera representa un peligro para los derechos humanos y una continuidad de las políticas neoliberales más violentas. Este nuevo decreto es una demostración, hay que derrotarlo con más movilización y una nueva huelga general.

Un decreto al servicio de cubrir a las FFAA para la represión contra el pueblo

La actuación de las FFAA en la primera semana del estallido social significo miles de heridos, decenas de muertos, y centenares de violaciones a los derechos humanos, luego de aquello y frente a la contundencia de la huelga general el gobierno debió retroceder, retirar a los militares de las calles y admitir que no había “escuchado” al pueblo. Por supuesto que nadie creyó esa mentira, pero lo cierto es que el gobierno debió retroceder y dejar en manos de carabineros con exclusividad la tarea represiva.

Pero la represión no se detuvo, y los últimos informes indican que cerca de 15 mil personas fueron heridas entre octubre y diciembre, se registraron 2.500 denuncias por violaciones a los DDHH y al menos 6 personas murieron en manos de las fuerzas de seguridad (directamente, pero están confirmados más de 30 muertos)[i]. Esto transforma el periodo que va de octubre hasta hoy con el de mayor cantidad de violaciones a los derechos humanos desde la dictadura de Pinochet, una verdadera brutalidad frente a un pueblo que se ha levantado por no contar con Salud, educación, pensiones dignas, salarios que permitan vivir en condiciones y demás demandas aún insatisfechas.

El decreto recientemente anunciado por el gobierno solo viene a reafirmar que la voluntad política no es garantizar las demandas sociales sino todo lo contrario, reprimir violentamente para seguir garantizando los privilegios de un 1% que es dueño de Chile.

Este decreto desnuda también la falsedad del “Pacto por la Paz y la Nueva Constitución” con el que los partidos como el FA salvaron a Piñera, ninguna paz para el pueblo, balas y lacrimógenas, mientras ellos en sus despachos negocian un cambio constitucional que cambie un poco para que nada cambie, es así como lo vuelve a ratificar la carta de la ex – Concertación, dónde invitan a “Crear un clima más favorable al entendimiento, que permita que el Plebiscito tenga lugar en paz, en tranquilidad”, en otras palabras seguir avalando la violencia contra el pueblo.

Pero no han logrado detener la movilización, por eso ahora vuelven a amenazar con sacar los milicos a la calle, para conseguir a punta de pistola lo que no pueden conseguir con las trampas de la cocina. 

Redoblar la movilización para derrotar la represión

Algunos sectores colocan a este decreto como un reclamo de las FFAA en el caso de tener que volver a salir a las calles, es posible que así sea, pero en cualquier caso es la demostración de que la estructura montada por la dictadura y Pinochet sigue vigente y es en definitiva lo que debe ser derrotado para dar pasos en la construcción de un nuevo Chile. Para enfrentar la represión no solo es clave señalar los casos de la actualidad, exigir la liberación de los presos y presas políticas, sino también avanzar contra la impunidad de los genocidas y sus cómplices civiles, que hoy se pasean por las calles arengando a las FFAA y a Carabineros.

La movilización y organización de las fuerzas de los y las trabajadoras, estudiantes, a juventud y el pueblo es el único camino para lograr esos objetivos, por eso hoy más que nunca se impone que las centrales sindicales y estudiantiles convoquen sin demora a una gran huelga general y a la constitución de comités de huelga que nos permitan garantizar la auto defensa frente a las amenazas represivas del régimen, amenazas que sabemos están dispuestos a cumplir.

¿Hasta cuando la CUT, La mesa de Unidad Social, la FECH y demás sectores van a sostener la desmovilización como línea de acción? Incluso con la perspectiva del plebiscito de abril, ¿creen estos sectores que se puede garantizar con los militares en las calles y los carabineros reprimiendo brutalmente como vimos en Viña en estos días o se ve regularmente frente al Plaza Dignidad?

No se trata de marzo o abril, se trata de que ninguna de las demandas del pueblo se ha cumplido y eso pone de manifiesto la necesidad de seguir movilizados y movilizadas hasta conseguirlas, el gobierno nos amenaza con más violencia, ante eso debemos redoblar la movilización y la organización, porque es posible ganar y para lograrlo hay que botar a Piñera y al régimen de Pinochet. Sobre esa base avanzar en una verdadera Asamblea Constituyente libre, soberana, democrática y plurinacional que entre otras cosas, disuelva estas fuerzas represivas de la dictadura.

Frenar la represión de los de siempre, organizar alternativa Anticapitalista.

El conjunto de demandas que activaron la movilización, no tan sólo enfrenta la represión, sino que también a las organizaciones que actúan como diques para que la voluntad callejera no sobrepase los límites de la institucionalidad. Las calles por más de cuatro meses han sido del pueblo, aún así intentan llevarnos a un proceso “ordenado” al esquema de los de siempre, con represión y muertes, la “paz” del Pacto.

Un desafío pendiente es dar el salto a ocupar la política, hacernos parte y utilizar el aprendizaje colectivo de la revolución en la acumulación de voluntades transformadoras: de combate contra los pacos y de organizarnos para dar vuelta todo. Esas perspectivas son las que nos proponemos e invitamos a dialogar junto a nosotras, nosotros y nosotres la construcción de una herramienta política capaz de tomar el cielo por asalto, impulsando los cambios que Chile necesita sin Piñera y sin el Pacto de impunidad, avanzando en al autoorganización social para que de una vez por todas gobernemos quienes nunca hemos gobernado: las y los trabajadores y el pueblo.

Martín Miranda, Movimiento Anticapitalista


[i] Amnistía Internacional, informe “Los DDHH en las Américas: retrospectiva 2019”