Declaración común
Se avecina el plebiscito del 25 de octubre, un proceso tramposo nacido en la “cocina” parlamentaria tras la mayor huelga nacional que conoció el país desde la dictadura, donde el PC, FA y las burocracias de la CUT y Unidad Social frenaron el impulso de las masas para impedir la caída de Piñera y todo el régimen político heredero de la dictadura, y además la convocatoria a una Asamblea Constituyente verdaderamente Libre y Soberana que permitiría impulsar los cambios que el país necesita y que el pueblo expresó en las calles.
Las ofertas del pacto se reducen a dos opciones, convención constitucional y convención mixta, que más allá de sus diferencias, ambas cargan las trabas para que los cambios sean en los límites de la actual institucionalidad: los antidemocráticos 2/3 que otorgan el peso definitivo a la derecha, el veto de discutir los tratados de libre comercio; y como si esto no fuera poco, la representación será a través de los partidos políticos de siempre, incluso dejando fuera a quienes impulsaron la rebelión de octubre como las y los secundario.
Pero sumado a eso, en medio de la pandemia, los grandes empresarios y el gobierno están aprovechando de pasar un enorme ataque a nuestras condiciones de vida, descargando la crisis sobre las masas trabajadoras y el pueblo, que se hacen patentes en la miseria y el hambre creciente y la aceleración de la cifra de desempleo. No está demás decir, que a estas medidas se ha plegado la oposición parlamentaria, quienes votaron junto al gobierno la ley de protección de empleo, siendo aprobada desde la UDI a la DC, pasando por el PC y sectores del FA.
El movimiento de masas difícilmente seguirá a ciegas a los viejos partidos del régimen, así se ha demostrado en plena cuarentena con cacerolas y protestas como mecanismo de presión, manifestando que el protagonismo social no ha cesado. Hay que enfrentar estos ataques y engaños con más movilización, y coordinación de las luchas, para retomar lo mejor de la rebelión que hemos protagonizado. Sabemos que sólo de esta forma vendrán los cambios más profundos. Por eso, llamamos a retomar la lucha y exigimos a la CUT y Unidad Social retomar la movilización en la perspectiva de la huelga general para tirar a Piñera y este régimen, e imponer los cambios de fondo que venimos exigiendo en las calles y la asamblea constituyente libre y soberana.
Pero a la vez, es necesario acompañar a millones de trabajadores, jóvenes y mujeres que salieron a las calles, para votar contra la Constitución de Pinochet, el gobierno, la derecha y los empresarios. Por eso, llamamos a votar por el Apruebo, y expresar en la segunda papeleta: Asamblea Constituyente Libre y Soberana – ¡Fuera Piñera!, anulando el voto o dejando el voto en blanco, para demostrar que no caemos en las trampas de las convenciones, y retomar así las banderas de la rebelión que siguen vigentes. Eso implica una pelea para que se exprese una posición independiente en el plebiscito.
Hoy la derecha se juega por el rechazo, pero a la vez está dividida. La ex – Concertación busca lavarse la cara. Mientras, el FA y el PC impulsan con todo la “cocina” en unidad con todos los partidos de siempre; y están empecinados en una carrera electoral para ver quien lidera una nueva “unidad de la oposición” para “derrotar a la derecha”. Nuevamente irán en alianzas con los viejos partidos, mientras abandonaron la lucha por una asamblea constituyente libre y soberana y dejaron pasar todos los ataques de los empresarios y del gobierno, con la pasividad de la que son responsables en la CUT y Unidad Social.
Para nosotros y nosotras, se trata de intervenir en el proceso en curso, desde una posición política independiente de las y los trabajadores. De surgir una amplia franja en esta perspectiva, estaremos en mejores condiciones para que nazca una posición independiente de los trabajadores, jóvenes y mujeres. Es nuestra apuesta para que nuestra lucha por: NO+AFP y por un sistema de reparto solidario gestionado por trabajadores y jubilados, por salarios acorde a la canasta básica familiar, para garantizar la prohibición de los despidos, para recuperar nuestros recursos naturales, por el fin a la violencia machista y la socializaciones de los trabajos domésticos y de cuidado, para que la crisis la paguen los grandes empresarios y no las mayorías que trabajamos con medidas que pongan los enormes recursos del país al servicio del pueblo trabajador y no de sus ganancias. Asimismo, para luchar por la libertad de los presos mapuche y de la rebelión, contra la represión y la militarización.
Llamamos a todas las y los trabajadores, a sus sindicatos, a las organizaciones feministas y de mujeres, a las asambleas territoriales, a la primera línea y los comités de emergencia, a dar esta pelea juntos, y aunar fuerzas para que exista una posición independiente, dando el primer paso unitario de quienes compartimos estas perspectivas, en la lucha por una alternativa desde las y los trabajadores que exprese la voluntad de las calles.
PTR – Partido de Trabajadores Revolucionarios
Movimiento Anticapitalista
MST – Movimiento Socialista de las los Trabajadores
Revista El Porteño