Cambio constitucional, impunidad y el pacto. Necesitamos una AC democrática

Escribe Camilo Parada Ortíz, Movimiento Anticapitalista

Las expectativas creadas por el momento constitucional, fruto del Pacto por la Paz firmado en noviembre pasado por los partidos del régimen, en los momentos de mayor masividad de la lucha sistémica que se daba en las calles y con un Piñera, presidente del empresariado, contra las cuerdas, para utilizar la antigua analogía de boxeo, parten de un debut truncado aunque abre una oportunidad de disputa, tanto en el campo de lo simbólico y de lo legítimo. En el sentido de la genealogía de la actual constitución, apodada por la sabiduría popular como la Constitución de Pinochet.

La dictadura militar de Pinochet, también fue una dictadura civil, que además tenía ciertas obsesiones legalistas, que la llevan a finales de los setenta, una vez pasada la maquina más sanguinaria de los crímenes de lesa humanidad, donde se eliminaron direcciones enteras de los partidos que representaban a la izquierda en una clara ofensiva contra-revolucionaria. Empieza entonces la construcción del andamiaje, que por un lado, otorga un disfraz de legalidad como alfombra para esconder cadáveres y por otro, reordena a la sociedad, con ciertos cerrojos a cualquier alternativa realmente socialista, pero además imponiendo un modelo que viene a revitalizar un capitalismo en crisis, aplicando las ideas neoliberales, hasta ese entonces impensables en cualquier democracia burguesa de los estados de bienestar. Así se fraguan las ideas de Hayek y Friedman, representados en Chile por Jaime Guzmán y José Piñera, hermano del actual presidente en una tierra fecunda por la impunidad.

Necesitaron un régimen autoritario y criminal para imponer algo que en democracia, incluso burguesa, les era imposible y dotaron ese modelo, fruto de un espurio laboratorio social, de todo un engranaje legal, para cubrir el saqueo y las violaciones sistemática de los derechos humanos; sin embargo, el hecho de ser legal no otorga legitimidad.

El pinochetismo es una restauración del poder de clase montado por intereses transnacionales que reoxigena artificialmente al capitalismo, lo que conocemos como modelo neoliberal, que se expande una vez aplicado a fuego en Chile, principalmente por la vía de los países anglosajones, la Inglaterra de Tatcher, amiga por cierto de Pinochet, con su famoso “TINA” (There is no alternative) y Estados Unidos, instigador directo del golpe de Estado de la derecha capitalista chilena.

Les revolucinaries  que peleamos una salida ecosocialista y feminista de clase, sabemos que hay alternativa, alternativa radical contra las privatizaciones de las empresas estatales puesta en marcha por la dictadura, alternativa a las AFP, a la privatización de las aguas, de la educación, de nuestros derechos, alternativa al Plan Laboral de José Piñera y alternativa a la Constitución de Pinochet, que ciertamente ha vivido reformas, sobre todo durante el período de Lagos, pero que más allá de las reformas, no desarma el carácter subsidiario de la Carta Magna. El bullado retorno a la democracia se construye sobre el acuerdo de no tocar el modelo, por ende, no tocar el sistema, base del expolio, de los mecanismos de acumulación de la alta burguesía empresarial chilena, que se repartieron el botín una vez derrocado el proyecto de la Unidad Popular.

Otro de los puntos negociados fue la impunidad, dar una impresión original de ciertos avances en los llamados “casos emblemáticos”, gárgaras sobre un “Nunca más” de maquillaje, la impunidad se naturaliza, dando piso además, para que se sigan cometiendo crímenes por agentes represivos del Estado, es cosa de analizar la militarización en el Wallmapu y la Rebelión de Octubre del 2019. Cientos de mutilados ocular, violaciones sexuales por los aparatos represivos, asesinatos y la persecución política que mantiene a miles tras las rejas sólo por protestar, el Pacto que adhiere el FA y el PC se firmó con aquel telón de violaciones de derechos humanos.


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La centro izquierda finalmente, se convirtieron en obsecuentes defensores del modelo y los grandes grupos económicos sumaron en sus directorio a personeros de las élites políticas de la ex Concertación. Representantes de una socialdemocracia que de tanto diluirse en el liberalismo económico con sus sempiternas promesas progresistas, se transforma en social-liberalismo, permitiendo que hasta un pinochetista acérrimo, representante de los valores más conservadores de esta sociedad, se defina sin atisbo de sonrojarse, como “socialdemócrata”. Fenómenos del campo semántico que dicen mucho.

De cara al plebiscito, desde el Movimiento Anticapitalista nos sumamos de forma desobediente y disidente, no olvidamos la génisis del acuerdo ni mucho menos la forma eleccionaria decidida por los parlamentarios para la elección de constituyentes, bajo el sistema que rige la elección de diputados, es decir el método D’Hondt, que tal como está planteado, si bien es proporcional, da ventajas a las listas de los partidos legalmente constituidos, es decir, los representantes del modelo contra el cual millones de personas se levantaron en la Rebelión de Octubre, criticando justamente la decidía de esos mismos partidos, lo más grave, es la dificultad para las Asambleas Territoriales, organizaciones, cabildos barriales y distintas formas asociativas que vienen levantando desde hace lustros la necesidad de una nueva constitución, pero que salga de una genuina Asamblea Constituyente, libre, soberana, plurinacional y democrática, sin cerrojos impuestos por el famoso Pacto por la Paz o el salvavidas de Piñera que le otorgó la garantía de impunidad a milicos y pacos.

Sabemos que este proceso constituyente está hecho a la medida de los defensores del régimen, por eso nuestro apruebo es crítico y combativo, somos plenamente conscientes que la Convención Constituyente no es solución para acabar con el patrón acumulativo del modelo capitalista – neoliberal.

En este sentido, nuestra propuesta apunta a retomar la mejor experiencia del proceso revolucionario y las reivindicaciones que dieron vida al estallido, impulsando una tercera opción al forjar un comando independiente a los partidos del régimen que nos permita alzar la Asamblea Constituyente libre, soberana, democrática y plurinacional que hace falta, es por eso que te invitamos a dialogar estas ideas el próximo miércoles a las 19:00 horas en una reunión virtual, hazte parte y sumemos voluntades contra el pacto de la impunidad. Escríbenos.