No es una guerra, es un genocidio contra el pueblo palestino

El mundo es testigo de un genocidio a gran escala, que ocurre en vivo y en directo frente a los ojos de la llamada comunidad internacional, una entelequia impotente de cara a las mascares que se encadenan día a día en los territorios ocupados de Palestina. Es absurdo compartir en estas líneas cifras, porque crecen minuto a minuto.

Por Camilo Parada dirigente del Movimiento Anticapitalista

A diferencia de los genocidios principales de la historia contemporánea, como el Holocausto, que marca un antes y un después con los crímenes nazi durante la 2GM, con la “solución final” para eliminar a judíos, romaníes, testigos de Jehová, marxistas, socialistas revolucionarios, homosexuales; El genocidio de Ruanda; Pol Pot y los Jemeres Rojos, etc. Este acto barbárico del Estado de Israel perpetrado con la intención de destruir total o parcialmente al pueblo palestino, ocurre con vídeos e imágenes en vivo y en directo, incluso con vídeos para Tik Tok grabados por militares de la FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) mostrando viles escenas de tortura y humillaciones a prisioneros civiles palestinos, o los relatos en vivo que nos llegan desde Gaza y Cisjordania, a pesar del bloqueo informativo y el black out de internet en los territorios donde se están perpetrando las masacres, es decir,  lo que antes se intentaba ocultar, hoy por hoy se hace a vista y paciencia de todes, es decir, sin la posibilidad de ninguna excusa ética para cualquier atisbo de negacionismo.

El ataque del grupo fundamentalista islámico Hamas del 7 de octubre sirve como seudo argumento para el Estado Sionista de Israel, dirigido por la extrema derecha, para profundizar, mediante genocidio, su política de limpieza étnica, que viene aplicando desde hace años. Para entender la compleja dimensión de esta tragedia, es necesario comprender su genealogía, decir que la escalada armada comienza con el ataque de Hamas del 7 de octubre, no solamente es una falacia argumentativa, sino que es una manipulación que intenta dar contexto a crímenes de lesa humanidad, algo que en Chile conocemos de sobremanera.  

Israel: un enclave artificial creado en base a la limpieza étnica

La creación del Estado de Israel, aprobado en 1947 por la Asamblea General de Naciones Unidas e impulsada desde finales del siglo XIX por la Organización Sionista, es una imposición del imperialismo, que decide una partición en Palestina, que en aquel entonces se encontraba bajo el Mandato Británico, estipulando un 55% del territorio para Israel y un 45% de territorio para Palestina, con la creación de dos Estados (demás está decir que en esos años la gran mayoría de la población era palestina). El 14 de mayo de 1948 se declara la independencia del nuevo Estado de Israel, luego de la expulsión y matanza de miles de palestinos de sus tierras históricas, en manos de milicias sionistas, la Nakba, que literalmente significa en árabe “catástrofe” y “desastre” es un verdadero punto de inflexión que hace mutar para siempre la realidad humana, social, cultural y geopolítica de Palestina, marcando toda una declaración de intenciones del proceso de ocupación y despojo territorial colonialista, racista, de exterminio y desplazamiento y asesinato de población palestina por parte de Israel. Por otro lado, hay que entender que toda la política de creación del Estado de Israel, está respaldada por intereses imperialistas, por supuesto occidentales, pero también con gran influencia del estalinismo, recordemos que la URSS fue la primera potencia en reconocer al Estado de Israel, y quienes fueron definitorios, con la venta de armas, vía Checoslovaquia, para llevar a cabo las políticas de ocupación y despojo, a este punto habría que dedicarle capítulos enteros, puesto que los envíos de armas fueron cruciales en la superioridad militar del sionismo sobre Palestina.

Desde la creación imperialista del Estado de Israel hasta nuestro presente, que puede ser calificado de una segunda Nakba, incluyendo la Masacre de Deir Yassin, pasando por la guerra del 48, la Guerra de Suez, la Guerra de los Seis Días, los años de Desgaste, la Guerra de Yom Kipur, la Guerra del Líbano, las Intifadas como accionar de la resistencia palestina, la Operación de limpieza étnica Pila Defensivo, etc. ha quedado demostrado por pasiva y por activa, que a los largo de los años, Israel ha ignorado o directamente ha burlado, las numerosas resoluciones de la ONU y los distintos acuerdos, lo que no hace más que profundizar la escalada de la catástrofe, además deja en evidencia, la inviabilidad del proyecto imperialista de dos supuestos Estados, que en la práctica se ha traducido en una política permanente de ocupación, cruzada por la capitulación escandalosa de la OLP. Para nosotres, anticapitalistas, revolucionaries e internacionalistas, tomando como base la realidad socio y geopolítica, desde la perspectiva del materialismo histórico, defendemos sin ambigüedad que la única salida posible para una paz real y para frenar las continuas políticas de limpieza étnica llevadas a cabo por el sionismo, es la lucha por la restitución total de Palestina y la creación de un estado único Palestino, laico, no racista, democrático y socialista, donde puedan convivir personas de todas las creencias religiosas y orígenes étnicos, algo que niega Israel, incluso que ha ido profundizado con las política de ultra derecha del gobierno supremacista de Netanyahu.

El gobierno de Israel y la totalidad del espectro político, se ha ido paulatinamente derechizando desde los acuerdos de Oslo con claros tintes de radicalización sionista, fenómeno que no es ajeno a los embates internacionales y los intereses imperialistas, y que encuentra un espejo en la radicalización fundamentalista palestina, con Hamas, que surge de los Hermanos Musulmanes egipcios, con gran ayuda del mismo Israel para disputar poder a Al-Fatah, pero que también se ha visto potenciada por la capitulación de las burocracias laicas palestinas, es por esta razón que la lucha de liberación palestina se inscribe en la lucha contra la reacción, contra el imperialismo, es una lucha anticapitalista, es decir, es lucha de clases contra un opresor determinado y necesita de la mayor planificación democrática de los medios de producción y de todos los resortes de la vida, para justamente, disputar a los fundamentalismos y capitalistas de lado y lado, para esto, hay que defender el derecho inalienable del pueblo palestino a resistir y luchar por su liberación.

Frenar la masacre, movilizarnos en todo el mundo y exigir la ruptura total de relaciones con el Estado sionista y genocida

La urgencia para la clase trabajadora internacionalista es organizar en cada rincón del planeta, para frenar el genocidio, la movilización, estamos siendo testigos de crímenes de guerra, de asesinatos en masa, miles de niñeces cercenadas, con una guerra informativa feroz, donde periodistas están en el medio de la mira sionista, poniendo en entredicho toda la libertad de prensa, esto ocurre gracias a la complicidad de las grandes potencias imperiales, el apoyo diplomático, la monserga del derecho a defenderse en vacío, sin tomar en cuenta la proporcionalidad, los suministros de armas, en primer lugar de la industria estadounidense, principal factor imperialista, que usa a Israel como laboratorio de avanzada occidental en medio Oriente, esto no solamente contribuye al genocidio del pueblo palestino, sino que es un factor principal, conjuntamente a las políticas racistas del sionismo, de un resurgir de expresiones antisemitas, es decir, que ponen riesgo a la propia población judía, bien que es importante subrayar que todo el arco de la ultra derecha internacional, que ayer era antisemita, hoy se cuadra detrás del sionismo, con una clara postura islamofóbica, se sigue tratando del sempiterno odio fascista, ya sea contra judíos o árabes.

Desde el Movimiento Anticapitalista y la Liga Internacional Socialista, hacemos un llamado a la clase trabajadora a movilizar en cada rincón de nuestro planeta, en solidaridad con las masas palestinas, por el fin inmediato y sin condiciones del genocidio, para presionar a todos los gobiernos del mundo para que rompan relaciones diplomáticas, comerciales y militares con los genocidas, el llamado a consulta es insuficiente frente a la amplitud de los crímenes de lesa humanidad, la urgencia es frenar de cuajo la masacre, romper el bloqueo a la ayuda humanitaria que genera una crisis humanitarias de proporciones inconmensurables.

En este marco, les anticapitalistas nos sumamos a la convocatoria de la Coordinadora por Palestina de Chile para marchar este sábado 4 de noviembre en todos los territorios del país, cuyas consignas principales son: Fin al Genocidio y Ruptura de Relaciones.

Exigimos por nuestra parte al gobierno de Gabriel Boric, al Frente Amplio, PC y los sectores oficialistas de la ex Concertación, cuyo programa y discurso inaugural hacen alarde de la defensa de los derechos humanos, a estar a la altura del momento histórico y expulsar al embajador de Israel y poner fin a toda la colaboración militar con el sionismo, es decir dejar de comprar las armas que reprimen al movimiento mapuche, a los movimientos sociales, a la clase trabajadora, estudiantes, mujeres y disidencias, armas que llevan el sello del sionismo.

Por una Palestina única, libre, laica, democrática y socialista.