Autoritarismo, mentiras, batallas y trincheras ¿Cuál es plan?

Autoritarismo

Por Joaquín Araneda, artículo publicado en Alternativa Anticapitalista nº 3

La expansión de la cuarentena total en la capital implica más de 8 millones de personas en distanciamiento social sólo en la Región Metropolitana. Mañalich denominó a esta situación como la “Batalla de Santiago”, culpabilizando a la gente por no cuidarse y así justificar el cambio de discurso de último momento para activar la cuarentena, de esa forma invoca a las Boinas Negras para militarizar las calles. Hipocresía y mentiras de un gobierno autoritario.

Las trincheras de la batalla

El discurso de guerra para apuntar al enemigo interno no es novedoso en el gobierno. Ya Piñera, ante diversas situaciones, venía expresando como mantra “nos enfrentamos a un enemigo muy poderoso”. Recurso utilizado para la rebelión popular y hace unas semanas con la expansión del COVID-19.

El ministro de Salud por su parte, hace uso del discurso bélico en un tono muy crudo para acusar a las mayorías sociales obligadas a optar entre trabajar sin condiciones de higiene necesarias o no tener remuneración alguna para poder sobrevivir. Así, al observar el alza del contagio, podemos ver la curva ascendente de la hipocresía del gobierno:

– 17 de marzo: “No hay motivo para tener pánico. Esta es una enfermedad que afecta a pocas personas” declaró Mañalich.

– 17 de abril: El ministro de Salud recalcaba “Nos tenemos que acostumbrar a una nueva normalidad”.

– 21 de abril: Mañalich decía que fue un error suspender las clases.

– 23 de abril: Ratificando lo que dijo unos días antes, planteaba el retorno a clases lo antes posible.

– 24 de abril: Piñera habla del retorno seguro.

– 28 de abril: Piñera dice que estamos en la meseta con altibajos.

– 29 de abril: Mañalich expresa que estamos en una meseta de nuevos casos.

– 03 de mayo: Mañalich dice que estamos en la batalla de Santiago.

– 12 de mayo: Mañalich señala que “»una situación muy compleja, donde ha crecido mucho la demanda por hospitalización”.

– 13 de mayo: Se declara cuarentena total en el Gran Santiago.

Estas idas y vueltas irracionales hacen que, mientras se escriben estas líneas, existan más de 35.000 contagiados sólo como datos oficiales. Cifra catastrófica con responsabilidades claras, derivada de una lógica de un gobierno que pone las ganancias por sobre la salud. Aquella es la trinchera de batalla que cuidan y protegen, un frente que ocupan con sus aliados en el Congreso y los inmóviles de las direcciones sindicales del PC y el FA.

El plan

La drástica situación impregnó la dinámica del propio equipo de microdatos del MINSAL que se quebró por “necesidades políticas del gobierno”. Una lógica del gobierno para un plan que implica acondicionar los datos ocultando el descontrol del contagio. Esto explica los cambios repentinos a nivel estadístico y discursivo.

A su vez, el discurso militarista y la inclusión al patrullaje de las Boinas Negras, supuestas fuerzas de elite del Ejército, manifiesta abiertamente el rumbo autoritario del gobierno como medida de amedrentamiento.

Por un lado, las mentiras descaradas por parte del gobierno intentan “apaciguar” los ánimos sociales y por otro, el discurso bélico insta al amedrentamiento. Todo esto es una vía para apuntalar la profundización de la carga de la crisis económica sobre las y los trabajadores. Si el país está en manos de ellos ¿habría que dejarlos jugar con nuestras vidas?

Otro plan, de y para las mayorías que trabajamos

Fue el propio Piñera quien planteó que afrontamos la mayor crisis económica de los últimos 90 años, sólo comparable con la década del 30’ del siglo pasado. Por lo tanto, una perspectiva inversa a la lógica de beneficio de unos pocos, tiene que poner acento en las vidas de las mayorías, su salud y el derecho al trabajo digno. Sólo así es posible preparar el camino para que la crisis la paguen los capitalistas. Así, proponemos:

  • Sistema único de salud, declarando de utilidad pública a toda la salud privada con su infraestructura e insumos.
  • Shock presupuestario para tests masivos e insumos necesarios para responder a la pandemia.
  • Prohibición de los despidos en tiempos de pandemia: ley inmediata en protección real del empleo.
  • Contra el virus de la cesantía: reducir las horas de trabajo para repartirlas entre todxs.
  • Renta universal básica equivalente al costo real de la vida. Esta medida debe ser financiada con impuestos a las grandes fortunas y recibida por todas y todos aquellxs que no tengan remuneración y/o ganen menos de 500 mil pesos.
  • Cuarentena con plenos derechos democráticos y laborales. Ningún milico en la calle.

Estas medidas son de emergencia, pero para aplicarlas necesitamos de la activación consciente sin pedirles permiso a los empresarios. Es por eso que planteamos que hoy más que nunca necesitamos construir una fuerza alternativa anticapitalista. Nuestras vidas no pueden depender de asesinos y mentirosos. Existe otro plan, hay que ponerlo en marchar.