La muerte del ex presidente Sebastián Piñera abrió la puerta a declaraciones y lavados de imagen de todo tipo, democratizar la imagen del presidente que le declaró la guerra a todo un pueblo, dejando cientos de víctimas de trauma ocular, decenas de muertos, y que además se enriqueció utilizando el Estado mientras millones de familias se sumergían en la pobreza demuestra que hay un acuerdo generalizado por parte del régimen en defender esa democracia: la del 1%, la de la impunidad.
Por M.A.
El gobierno de Boric lavando la ropa de la derecha
El discurso de Boric en el velorio de Piñera tiene todos los componentes de un baño de impunidad que va más allá de la imagen del ex presidente. Apunta a justificar la acción del propio Boric durante la revuelta con la firma del Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, el que salvó a Piñera y llevó a vía muerta el enorme proceso de transformación social abierto en el país. Cuándo dice: “(Piñera) Tuvo una interpretación del estallido social del 2019 que fue diferente a la mía y actuó en ocasiones de una manera con la que discrepé, pero usando siempre, repito, siempre, los mecanismos de la democracia y la Constitución (…). Como oposición, como ha sucedido otras veces en nuestra historia, en medio de la vorágine política, durante su gobierno las querellas y las recriminaciones fueron, en ocasiones, más allá de lo justo y razonable” justifica la utilización de las Fuerzas Armadas contra el pueblo, los protocolos represivos que costaron centenares de víctimas de trauma ocular, muertos, torturados y torturadas, etc. Pero no solo se trata de una justificación del pasado, lo que sugiere es que de enfrentar una situación similar, actuaría de la misma forma, con los mismos “mecanismos de la democracia”.
La expresión más burda de este lavado de cara del asesino es la de ministra Camila Vallejo y el de su partido, el PC, por más que se intente despegar de su militancia, cuándo afirma que: “Yo, en primer lugar, no hablo en representación de mi militancia ni del Partido Comunista, hablo como vocera de gobierno. Pero, además, porque es evidente que hemos tenido diferencias políticas con el gobierno del expresidente Sebastián Piñera, que sostenemos hasta el día de hoy. Pero eso no nos impide ser capaces de reconocer algunos elementos de su gestión o de su liderazgo. Una cosa no quita a la otra, tan simple como eso”. ¿Liderazgo? ¿Gestión? Se refiere a las múltiples estafas con recursos del Estado, a la apropiación de tierras públicas, a los beneficios obtenidos desde su función y los negocios para los amigos o a qué gestión.
Hablar de Piñera no es hablar solo de un ex presidente. Empresario, corrupto, evasor de impuestos, especulador. Relacionado a los Pandora Papers, los paraísos fiscales, el Caso del Banco de Talca dónde se violó la Ley de Bancos, financiamiento irregular de campañas políticas, utilizar información del Estado para enriquecerse como con la pesquera Exalmar, aceptar sobornos, entre otros hechos de su largo prontuario.
Este es liderazgo y la gestión que reconocen el PC y el Frente Amplio, o solamente se refieren a su liderazgo en la guerra contra el pueblo de 2019. Cada día queda más claro y no hay muerte que pueda evitarlo, porque lo salvaron cuando miles en las calles del país pedíamos que se fuera.
El pueblo no olvida a sus asesinos
Al momento de dejar la presidencia, Piñera contaba con un 70% de desaprobación. Fue repudiado en numerosas oportunidades y estuvo en el centro del odio popular durante muchos años, no solo por el estallido, sino también por su manejo cuestionable de la pandemia y por ser considerado el arquitecto de un modelo caracterizado por la miseria y el saqueo. Por eso, más allá de las encuestas póstumas, se evidenció el repudio hacia su persona en el minuto de silencio establecido para el partido por la Supercopa de Chile. La hinchada desplegó un lienzo que lo identificaba claramente como enemigo del pueblo, y los carabineros, “rindiéndole homenaje”, reprimieron a quienes se negaron a ocultar las miserias del personaje, haciendo retumbar de nuevo la consigna que resonaba en 2019: «Piñera, conchetumare, asesino, igual que Pinochet». Por eso no se observan minutos de silencio en las poblaciones, los liceos ni las universidades.
Contra la impunidad
La muerte del ex presidente llevó a su sobreseimiento en las causas por violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, nuestro homenaje nunca será para un represor, sino para las víctimas que sacrificaron sus vidas, sus miradas y sus cuerpos en la lucha contra este sistema. Por ello, nuestra lucha continúa alzando las banderas de la memoria y los derechos humanos, con el objetivo de que los perpetradores de violaciones a los derechos humanos no escapen impunes, y de que la muerte de Piñera no exima de responsabilidad al ex ministro del Interior Chadwick, ni al director de Carabineros Rozas, ni a ningún otro responsable político o material de haber reprimido al pueblo.