De la vía institucional al rechazo, nuestra respuesta feminista anticapitalista

Desde el 2015 hasta hoy protagonizamos movilizaciones, encuentros, asambleas y ocupamos las calles con nuestras demandas. Las estudiantes contra los abusos y la violencia machista dentro de los centros educativos, el 8M impulsando la huelga contra el capitalismo y el patriarcado. Antesala al octubre rebelde que tuvo a las mujeres y disidencias como primera línea contra el régimen de los 30 años. De la vía institucional al rechazo, nuestra respuesta feminista anticapitalista, balance y perspectivas.

Por Abril C, Movimiento Anticapitalista

La ola feminista, rebelión y proceso constitucional

El ciclo de movilizaciones que antecedió la rebelión del 2019 nos tuvo como actrices fundamentales de las calles, mujeres y disidencias nos organizamos en un mayo feminista contra el sexismo en la educación, grandes manifestaciones cada 8M y extendiamos la solidaridad internacional para conquistar nuestros derechos reproductivos tras la cordillera. Con la revuelta llenamos las calles y sin duda, la ola feminista empapó la rebelión: mientras nos quisieron desmantelar la movilización, una performance reanimó los ánimos sociales y recorrimos el mundo denunciando a un Estado femicida, violador y responsable de la violencia patriarcal. Llegado el Acuerdo por la paz, pacto firmado desde el Frente Amplio hasta los anti-mujeres de la UDI, para salvar a Piñera y al régimen, fuimos nosotras y nosotres quienes recuperamos las calles el 8M del 2020, en una movilización masiva y combativa.

Producto de esta fuerza que cuestionaba todo, los partidos del Acuerdo se vieron obligados a ceder la paridad de género en la Convención Constitucional, posteriormente en el calendario electoral se manifestó el apoyo social a las candidaturas feministas para convencionales, en ese escenario la corrección de paridad fue para enmendar para candidaturas de hombres, siendo más votadas las candidatas mujeres. Una vez instalada la Convención, los debates sobre derechos reproductivos, violencia de género y disidencias sexo genéricas fueron parte de la agenda gracias a la lucha feminista, lamentablemente la agenda fue administrada cada vez más a nivel institucional, alejandose así de la movilización y auto-organización que podría haber significado el caudal que acompañara el proceso constitucional.

Realización performance de Las Tesis en Plaza Dignidad, 2020.

Aquella situación mostró los límites de la salida institucional que el régimen quiso imponer para la energía de la rebelión, la paridad de género es un avance, pero no es garantía mientras esos espacios los ocupan mujeres de la burguesía y no de las mayorías sociales, expresándo ser sólo una “corrección” simbólica más que programatica para un proyecto feminista. Es porque la Convención, nacida de un pacto entre los sectores de los 30 años, no se proponía tocar los pilares estructurales económicos de nuestro país, mientras que el calendario electoral revivió lo peor de la derecha pinochetista que tras la polarización institucional se reposicionó, el abandono de la calle por parte de las y los convencionales ayudó a su reimpulso que derivó al rechazo de la Nueva Constitución.

Ante triunfo del Rechazo: ¿Reforma o revolución feminista? 

Es por eso que en constantes artículos, asambleas y foros emplazamos durante años a la Coordinadora Feminista 8M, quien ocupara un lugar en la Convención Constitucional y a su vez fue promotora del bloque Movimiento Social Constituyente al interior de la CC, para que convocara y abriera espacios de organización que expresara la diversidad del movimiento feminista y para que apostara por construirse en un verdadero movimiento social que empujara las demandas fundamentales que puso el feminismo en las calles, contrariamente, lo que ya previamente se había transformado en un pequeño grupo burocratizado dio un paso más allá una vez en la Convención, aíslando cualquier tipo de actividad deliberativa de base con la actividad constitucional. Es esta política que para nosotras es de las manifestaciones más negativas, el vacío de participación popular y de la movilización al alero de la CC.

Sin presión real y anclaje del debate democrático de asambleas abiertas de mujeres, la Coordinadora 8M y Movimiento Social Constituyente, más allá de su relato auto-declarativo, fue articuladora del diálogo con los sectores centristas y de los 30 años al interior de la Convención, mientras que se centró en la lógica reformista del bastaba con el reconocimiento constitucional para avanzar a la igualdad real. Pero la realidad nos demuestra que no basta con ocupar lugares del parlamento, ni que una instancia de la democracia burguesa garantizara los derechos efectivamente.


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En ese sentido, en paralelo el Frente Amplio con el Partido Comunista llegó al poder anunciándose como “gobierno feminista”, su única acción fue la paridad ministerial, aunque más allá de la imagen para la prensa, su proyecto y las mujeres en él fueron parte de la continuidad del modelo neoliberal y hoy, tras el triunfo del rechazo la ex Concertación toma el timón con mayor fuerza y figuras como Tohá, represora de secundaries y financiada por el yerno de Pinochet desde SQM, son la vocería de Boric mientras que en los últimos 3 años se contabilizan más de 100 feminicidios, la ley contra la violencia de género cuenta con un presupuesto de menos del 1% del PBI anual y la brecha salarial es del 12%, a su vez que la creciente crisis economica se descarga con fuerza sobre los cuerpos feminizados sin ninguna medida a favor de las mayorías, menos para las mujeres del 99%.

Movimiento Anticapitalistas – Juntas y La Izquierda, 8M 2020

No basta con declarar y cubrir con manto violeta las campañas electorales para llegar a puestos de poder, el feminismo es potencia transformadora y es necesario preguntarnos ¿Quién decide sobre nuestros cuerpos?, ¿Quién paga nuestros derechos reproductivos?, para responder esas preguntas favorables para las mayorías es central constituir una fuerza organizada, consecuente y revolución permanente en todos nuestros espacios, sobre todo, en las calles que son nuestra garantía de poder de transformación, no delegar nuestras fuerzas a los que Pactan, ni confiar en las vías institucionales como lo hizo la CF8M, el FA y el PC, delegando nuestras fuerzas y abriendo paso a la derecha.

No delegar nuestras fuerzas, construir feminismo anticapitalista

En este marco, el rechazo es una alerta porque impulsa a los sectores más reaccionarios, anti-mujeres, anti-disidencia, anti-mayorías y anti-derechos, mientras que el gobierno del Frente Amplio, el PC y la ex Concertación se vuelve a sentar con los dinosaurios de los 30 años que suman sus ganancias sobre la explotación de nuestros cuerpos, no podemos darles espacio, no puede ser un freno a nuestra ola. 

Es por eso que entendemos que sólo organizadas y organizades, en las calles y construyendo alternativa política anticapitalista podemos triunfar. Nuestro feminismo no pacta con la derecha y entendemos que ningún gobierno nos regala nada, todo lo conseguimos con la fuerza de la movilización.

Por eso invitamos a no delegar nuestras fuerzas, a construir feminismo revolucionario, de clase, anticapitalista e internacionalista. Súmate al Movimiento Anticapitalista.