Las primarias presidenciales y las perspectivas

Por Camilo Parada Ortiz y Martín Miranda, Movimiento Anticapitalista

Los resultados de las primarias presidenciales en Chile dejan múltiples elementos de análisis que sin dudas se podrán profundizar en los días que siguen. Lejos de los titulares interesados de los medios de comunicación que festejan el resultado como un fortalecimiento del centro político y la derrota de “los extremos” nos proponemos enmarcar este resultado en una situación más compleja y dinámica que aún no ha escrito sus últimas palabras. 

Algunos datos: esta elección primaria ha sido la más convocante en la breve historia de comicios en primaria de Chile, votaron 3.143.006 personas, superando a las primarias del 2013 donde votaron 3.007.687. Los votos se repartieron porcentualmente en un 56.5% para el pacto Apruebo Dignidad, lo que corresponde a 1.750.889 votos y un 43.3% para Chile Vamos, correspondiente a 1.343.892 sufragios. Dentro de este contexto, el candidato triunfante de la izquierda parlamentaria del pacto Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, supera el millón de votos, al igual que Michelle Bachelet en las primarias del 2013. Por el lado de la derecha, podemos decir que el candidato ganador, Sebastián Sichel, concentró 659.862 votos, menos que el segundo lugar de las primarias de Apruebo Dignidad, el candidato del Partido Comunista, Daniel Jadue, que sacó 692.862 sufragios.

Festejan los “mercados” sin un gran optimismo 

Es evidente que el resultado de las primarias otorga un respiro al agitado panorama electoral y político de los últimos meses. Las opciones menos estridentes, menos “extremas” surgen como ganadoras y esto es particularmente interesante para el régimen político en el caso de la primaria de Apruebo Dignidad, Boric, el “joven que se sube al árbol” es el mismo que en los peores momentos supo subirse también a la mesa de la derecha para salvar el régimen de los 30 años. Un arquitecto de la moderación y el diálogo, es decir, un garante de que cambie poco y nada.

Gabriel Boric representa el proyecto del Frente Amplio que ha sabido ir sorteando las crisis internas, posicionándose en ese andar, hacia la moderación y la defensa de la institucionalidad, con guiños hacia la ex Concertación, permitiendo que se voten leyes represivas en plena revuelta ¿qué es lo que lleva al triunfo de Boric? Las hipótesis son varias y se superponen o combinan: mal desempeño de Jadue en los debates, una franja del PC en clave muy interna y desde una estética de la derrota y el sufrimiento que no lograba transmitir un mensaje de los cambios que emanan de las calles, votantes de derechas y del entorno concertacionista que votaron por el candidato del FA.


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Esto no significa que Jadue haya sido un extremista, más allá de la presentación que le daban los medios, su programa implicaba pocas transformaciones radicales, su trayectoria al frente de la alcaldía de Recoleta y la de su partido como sostén del régimen de los 30 años, dejan pocas dudas al respecto. Pero la realidad es más que definiciones en abstracto y los temores del régimen radicaban en la combinación entre una situación política dinámica con fuertes expresiones anti régimen y surgimientos de nuevas referencias populares, con la emergencia de un candidato comunista, en la polarización con una derecha maltrecha podían ser malas noticias. 

Nada de esto sucedió, Boric se impuso sin dudas con la participación de la base social del centro político interviniendo fuerte ante la falta de alternativa propia por la crisis del espacio y la incógnita abierta sobre si la ex Concertación sale con todo a disputar o se pliega a la candidatura de Boric; como lo han dicho los propios involucrados, sopaipillas de por medio, las diferencias programáticas son menores. 

La foto de la elección muestra una alta participación, comparando con otras primarias es la de mayor votación en la historia reciente. Arriba de 3 millones de votos entre ambos conglomerados, de los cuales un millón seiscientos mil votos fueron para Apruebo Dignidad y los restantes al Chile Vamos. Boric se impone en la interna y al mismo tiempo cosecha un millón votos, emergiendo como el más votado en el conjunto de la elección, bastante lejos de Sichel, triunfador en la compulsa de la derecha. 

Esa foto, que otorga cierta calma a los mercados, no refleja necesariamente la película de un país con una Convención constitucional en marcha y una vida política mucho más dinámica que la de una primaria. 

Chile Vamos aumenta sus preocupaciones 

Sichel se impuso en la interna de la derecha, golpeando a Lavín y Desbordes y dejando muy lejos a Briones. Su candidatura muestra una cara liberal y amigable para ocultar su lugar como representante de lo más concentrado del empresariado. Banquero, funcionario de Piñera y disfrazado de independiente outsider, tendrá el desafío de capturar al electorado de la derecha tradicional tentado por Kast y al centro con una abundancia de opciones. Eso sin mencionar que la primaria generó aún más tensiones al interior del conglomerado y no es claro que todos los sectores cumplan con la premisa de acompañar al triunfador. En este sentido, el proceso al interior de este conglomerado tiene más que ver con la renovación interna que con la disputa real por el gobierno en las próximas elecciones, sin embargo, en política no es posible descartar ningún escenario. 

La perspectiva: poner en pie una alternativa desde el pueblo 

Los resultados ponen el foco por un lado en el neoreformismo y por otro en una centro derecha renovada, es decir en el mantenimiento de unas políticas de acuerdos, pactos, y cambios graduales que no asusten al sacro santo mercado.

El demonio comunista, como lo pintaron los medios, era más bien visto como un moderado y parte del régimen de los 30 años por parte de amplios sectores del pueblo trabajador y la juventud que no se entusiasmaron para nada con su propuesta, sobre todo con su accionar durante la crisis sanitaria y económica en dónde votaron iniciativas para cuidar el interés empresarial en detrimento de las mayorías trabajadoras con la Ley de Protección al Empleo, más bien tienen la mirada puesta en la posibilidad de que los nuevos fenómenos políticos populares e independientes que emergieron en la pelea constituyente puedan tonificarse y avanzar. 


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Esta perspectiva cobra fuerza en esta coyuntura, poner en pie una referencia política que refleje ese proceso de transformación de manera más profunda, esta perspectiva impulsábamos en nuestra carta abierta luego de las elecciones a la constituyente, explicando que más allá de la propia elección, lo que se abría era la posibilidad de construir una nueva fuerza transformadora en el país, uniendo fuerzas desde la izquierda anticapitalista, los movimientos sociales y por supuesto la Lista del pueblo. El escenario, a pocos días de las inscripciones para las elecciones generales de noviembre, implica la necesidad de un llamado amplio, unitario y urgente a todos estos sectores para confluir en un espacio común que nos permita no dilapidar la fuerza que se expresa en las calles desde hace meses y ofrecer una alternativa por fuera del régimen de los 30 años con un programa de ruptura con el mismo y las transformaciones profundas que necesitamos. 

Las fuerzas vivas de la revuelta hoy más que nunca pueden levantar alternativa por izquierda e independiente, en un espacio enorme que está en disputa, y que el PC tendiendo la mano al FA e insistiendo en presentarse como la referencia neo-reformista. Podemos avanzar con plena independencia de clase, de los 30 años, del posibilismo y sus políticos profesionales que dan continuidad al modelo, humanizando un capitalismo ecocida que no aguanta reformas y abramos unitariamente juntos las distintas expresiones anticapitalistas que existen en nuestro país, pero también al feminismo de clase, a las disidencias revolucionarias, los movimientos sociales que se oponen a la cocina, los territorios que luchan contra el expolio y el saqueo de los bienes comunes.

Desde el Movimiento Anticapitalista apostamos con todo a esta perspectiva, llamamos a abandonar los cálculos sectarios de sectores de la izquierda y las dudas y convocar a un gran encuentro para avanzar de manera unitaria. No deleguemos, no entreguemos la fuerza que el pueblo ha expresado en la historia reciente. Es posible transformarlo todo, pongamos manos a la obra para lograrlo.