El pacto, el plebiscito y la impunidad

Por Joaquín Araneda en el periódico Alternativa Anticapitalista Nº5

A días del plebiscito se mantiene la represión criminal por parte de los pacos, mientras que las y los presos políticos siguen en las cárceles.

El pacto de ayer, impunidad para el presente

El 05 de octubre se cumplieron 32 años del plebiscito entre el Si y el No a la continuidad de la dictadura. Los protagonistas de los años del terror acordaban con los partidos de la Concertación una transición pactada que involucraba perpetuar la Constitución de Pinochet y la impunidad para el dictador y los violadores de derechos humanos.

En ese momento, Ricardo Núñez, secretario general del PS (sector Núñez), planteaba que: “es importante este proceso de reflexión, no para cobrar cuentas de uno y otros, sino para generar el clima de confianza que debe existir a partir de ahora entre civilidad y FFAA para hacer posible el transito rápido y ordenado a la democracia. Las FFAA no fuero derrotadas, ellas son instituciones permanentes de la República. El derrotado ha sido Pinochet”[i].

Con esta declaración dejaba en claro el porvenir de la institución que encabezó el régimen autoritario, aunque mentía sobre la derrota de Pinochet. El dictador guardó su poder intacto hasta las elecciones del ‘90, mientras que al día después asumió como Senador Vitalicio y hasta 1998 se mantuvo como comandante en jefe del Ejercito. Aylwin consultado sobre pedir la renuncia de Pinochet luego del plebiscito fue categórico: “Eso no está entre las demandas de la concertación de los partidos”[ii].

Los rasgos antidemocráticos de la Constitución actual sujetan la fisonomía del modelo capitalismo – neoliberal y para garantizar dicha naturaleza del Estado necesariamente debieron mantener un sostén sustancial: las fuerzas represivas de Pinochet. Razón de la impunidad histórica, de la relación elitista y de privilegios de las diferentes áreas militares y policiales. Se estima que durante 1990 fueron alrededor de 1.200 agentes de la CNI que se asimilaron al ejercito, mientras que durante los gobiernos de la Concertación y la ex – Nueva Mayoría se cerraron los archivos de la dictadura, se construyeron cárceles especiales para los violadores de DDHH y la política de reparaciones en materia de derechos humanos fue testimonial. Son parte del legado de Pinochet que hay que erradicar.

El nuevo Pacto de “Paz” o la garantía de impunidad

La respuesta de Piñera y su gobierno ante la revancha histórica del pueblo en las calles fue la represión brutal. A pocas horas del inicio del estallido se convocó el Estado de Emergencia con el ejercito en las calles. El COSENA se invocó para una orientación orquestada desde el aparato militar para aplacar la rebeldía. Así se organizó las violaciones sistemáticas a los derechos humanos, asesinatos, mutilaciones, violencia político sexual y el encarcelamiento de miles de presas y presos por luchar.

Si bien, las dimensiones son distintas a nivel histórico entre el actual momento plebiscitario y el del 88, la política de los partidos del régimen es similar. Para garantizar la continuidad del modelo debieron acordar estrechar los márgenes de los posibles cambios, en tanto que para conservar sus intereses debieron salvar a Piñera de caer debido a la movilización y, por lo tanto, preservar la impunidad de los responsables políticos de declarar la guerra al pueblo.

El Pacto es más que una firma, es una relación de gobernabilidad que opera sin escrúpulos: Iniciando octubre un joven de 16 años es arrojado del Puente Pio Nono sólo por manifestarse, la respuesta popular no se hizo esperar y los partidos del Pacto se pronuncian.

Convergencia Progresista (PS, PPD y PR): “no puede presentarse para abusos de grupos minoritarios, que, aprovechando estos escenarios de protestas, realizan actos de violencia y destrucción de la propiedad pública y privada”[iii]. Boric (FA – Convergencia Social) en un tono similar enfrentó las convocatorias a 1 años de la rebelión aludiendo al contexto de pandemia: “no creo que haya condiciones para una concentración de gente”[iv]. El PC agita fantasma para no movilizarse “sabemos que la derecha busca escusa para frenar o impedir una votación masiva en el plebiscito”[v]

Contra toda la herencia de la dictadura

En sintesis, la impunidad y la continuidad del modelo es intrínseca al pacto, es por eso que canalizan el descontento vía los márgenes institucionales. Los partidos del Pacto a toda costa intentan sacar a la gente de las calles: la “paz de los capitalistas” para un plebiscito en sus condiciones.

Una conclusión histórica es que no se negocia con la derecha y la política del mal menor es el fundamento para que todo siga igual. Por lo tanto, superar a las variantes que pactan y constituir una fuerza político y social que retome la experiencia de octubre es la garantía para finalizar las políticas de los violadores de derechos humanos: Fuera Piñera, disolución de los pacos y las fuerzas represivas, ¡por la libertad de todas y todos los presos de la rebelión!


[i] Revista Cauce, 10/10/88

[ii] Revista Análisis, 10/10/88

[iii] Declaración 10/10/20

[iv] Tele13 Radio 13/10/20

[v]La Tercera 10/10/20