¿Confiar en los partidos de siempre o impulsar una nueva izquierda anticapitalista?

Por Joaquín Araneda en el periódico Alternativa Anticapitalista Nº5

Un común denominador del arco político parlamentario es agitar la agenda electoral definiendo el campo de lo posible reducido a dos papeletas designada por el Pacto. Aunque no todo está dicho en un escenario de polarización, crisis y proyectos en disputa. Entonces ¿Qué papel puede jugar la izquierda anticapitalista en este proceso?

¿La izquierda revolucionaria tras los partidos autodenominados progresistas?

En un artículo publicado por el Partido Igualdad (PI) a inicio de octubre que tituló Unidad sí, contra el modelo[i], expresaban su posición en 6 puntos ante el escenario electoral que se abre, sintetizada en “… Emplazamos al conjunto de las fuerzas políticas que se defiende de izquierda o progresistas, y que le llaman “unidad” a sus negociaciones con el viejo bloque concertacionista: si Chile Despertó, despierten ustedes también…”[ii]

El contexto de esta declaración es el fracaso (momentáneo) de la negociación entre el FA y la ex Concertación para primarias comunes con el conjunto de la llamada oposición que involucra hasta el PC, partido con el cual PI mantiene relaciones en el Comando Chile Digno. Sustentando su propuesta asumen que la unidad debe ser contra el modelo neoliberal, aunque no asume una posición programática ni de acción que referenciara la ruta a seguir. De forma ambigua emplazan “también a las fuerzas del campo popular, a las izquierdas sociales, rebeldes, a los proyectos revolucionarios. No hay tiempo ni espacio para seguir asistiendo como espectadores de la historia”[iii]. Esta declaración no nombra ningún punto que determine el proyecto “anti-neoliberal” que propone el PI

Nos cabe la pregunta ¿unificando a la izquierda revolucionaria para que no sea espectadora tras el Partido Comunista y los partidos progresisitas lograremos los cambios?

Surge la duda por el rol que jugó el PC en la rebelión al desmantelar la huelga general para garantizar el Pacto y durante la pandemia votó leyes en desmedro a las mayorías sociales como la Ley de Protección al Empleo que mantiene a familias sin remuneraciones en tiempo de crisis para cuidar los intereses del empresariado. Es positivo que PI se posicione contra la ex – Concertación e invite a un debate de proyecto político, aunque es restringido y confuso al limitarse a la acción electoral con uno de los principales protagonistas del Pacto, el PC e incluso llamando a las fuerzas progresistas como los partidos del FA.

Decir y hacer lo contrario

En una sintonía similar, Convergencia 2 de Abril (C2A) llama a aprobar y marcar Convención Constitucional. Si bien, es una organización menor en relación a Igualdad, genera confusiones que son necesarias resolver.  Hablan de un segundo momento luego del plebiscito, en dónde diversos espacios deberán asumir la materialización de los debates “este espacio es el que en conjunto con organizaciones políticos y sociales hemos denominado Asamblea Popular Constituyente (APC)… con el fin de trazar una hoja de ruta propia que permita disputar todos los momentos de este proceso destitúyete/constituyente”[iv].

Esta separación de momentos desplaza la lucha política de la organización social y así fomentan la reorganización del reformismo con un lenguaje de izquierda, ya que por un lado no se posicionan de forma independiente ante el plebiscito y por otro, aíslan las luchas sociales de la disputa política. Sus dos momentos.

En concreto sus dirigentes son parte de Unidad Social junto al PC y al FA, mientras que en su intervención en asambleas promueven la ACP. Es decir, dialogan sin problema con la burocracia desacreditando la autoorganización como motor de los cambios al desligarla de las tareas del presente y además, agitan una posición izquierdista aislando a las base de estos debates.

Nada de utopías. La salida es anticapitalista

En la etapa que transitamos un proyecto que unifique a reformistas (progresistas) y revolucionarios es poco viable, ya que el escenario de quiebre social puso blanco sobre negro las expresiones políticas. El FA firmó el Pacto, el PC desmovilizó para sustentarlo y durante la pandemia han sido protagonistas de la agenda represivas y precarizadora. Esta situación no es aislada en un panorama de crisis económica a nivel global, en dónde el capital tiene poco margen de plantear medidas favorables a las mayorías sociales, al contrario, se profundiza una agenda contra el 99%.

Por lo tanto, nuestra propuesta apunta a que la radicalidad de las calles no se pierda en lo “menos malo” postergando la posibilidad de cambios y que nuevamente vuelvan los partidos de los 30 años. Es por eso que invitamos a conformar un gran frente político de la izquierda anticapitalista bajo un programa clasista que se presente en las elecciones, pero también impulse la movilización. Una voz independiente que supere al reformismo y prepare el camino unitario para que gobernemos quienes nunca hemos gobernado. Esta perspectiva está más presente que nunca, es nuestra apuesta.


[i] Declaración del 02 de octubre, puede revisarse en www.partidoigualdad.cl

[ii] Ídem

[iii] Ídem

[iv] Declaración del 09 de septiembre, puede revisarse en www.convergenciamedios.cl