Hipotecar el futuro: endeudar a las mayorías que trabajan

Por Joaquín Araneda, Movimiento Anticapitalista

El día domingo Piñera anunció nuevas medidas para afrontar la crisis. Cuatro para formulas para el endeudamiento de la “clase media”.

Receta vieja

El mes de mayo registró una caída de un 15,3% de la actividad económica y se espera que los próximos meses sea superior según el Ministerio de Hacienda. A su vez, los estragos de la crisis económica ya registra un 11,2% de cesantía. Sin dudas un panorama que tensan las condiciones de vida de las mayorías sociales que trabajan, aún así, desde el gobierno acuden a una vieja receta: Endeudar.

Son cuatro ejes que suma el plan. El primero apunta a suministrar créditos blancos, un préstamo con tasas cero y con postergación del pago. El segundo eje es el aplazamiento  de las deudas hipotecarias por 6 meses y  hasta un monto de UF 10.000, mientras que el tercero apunta a la ampliación de los subsidios para arriendos Y el último se extiende al CAE, amplificándolo para alrededor de 130mil estudiantes.

Un pilar central de la acumulación de capitales en el país es a base del sobreendeudamiento individual, una realidad de la vida de los chilenos y chilenas. Alrededor del 74,5% (Banco Central) de las familias deben un tercio de sus ingresos y el promedio de la morosidad a nivel nacional es de $2 millones, mientras que el 50% de las y los trabajadores chilenxs gana menos de $400.000 (Fundación Sol).

Estos números son exponenciales desde el retorno a la democracia, dando cuenta que la relación de cuidados del modelo del capitalismo – neoliberal bajo los gobiernos de la ex Concertación y la derecha poca diferencia suman para las condiciones sociales de las mayorías del país.

Lo certero es que hay una continuidad del sobreendeudamiento, que lejos están del mito de la propaganda burguesa que intenta culpar de irresponsabilidad individual por el consumo de bienes. Todo lo contrario, la deuda se transformó en la mecánica de supervivencia básica. Así lo ejemplifica que el sector de mayor morosidad es en retail, para compras de alimentos. La especulación de derechos básicos como la educación está amarrada al crédito como opción para acceder al estudio superior.

Diferentes propuestas, pero el capital no se toca

La crisis y como abordarla se está convirtiendo en la discusión cotidiana del país, con motivo de contener el desborde de las premisas oficialistas, la oposición venía planteando la posibilidad de un autoprestamo de los fondos de las AFP de un 10% para  las y los trabajadores, como medida de sortear las consecuencias de la debacle económica.

Una fuerte presión de los principales capitalistas del país encontró la propuesta, así el gobierno debió responder a través de la iniciativa para la clase media. El ministro Briones, lo expresó así:“la mayoría está mejor con este crédito solidario que con el retiro de sus fondos”.

Daniel Núñez, diputado del Partido Comunista crítico al gobierno de esta manera: “Piñera le ofrece a la Clase Media más endeudamiento. Mientras que si un trabajador@ saca 3 o 4 millones de la AFP, resuelve de inmediato su situación sin endeudamiento”.

La critica del PC es transparente hacía donde apunta su trayecto y los limites de una política que acaba cuando se encuentra con la institucionalidad armada para la acumulación capitalista. Si con los datos que previamente ejemplificábamos la realidad de las chilenas y chilenos, una media salarial de $400.000 y una deuda que ocupa más de un tercio de los ingresos para más del 74% de los hogares, cabría preguntarse ¿un autoprestamo equivaldría a subsanar la crisis económica?

La política del gobierno afianza la economía de la deuda para un próximo incierto sobre las mayorías del país, hipotecando toda perspectiva de futuro para la juventud.

La oposición y el PC, reformulan y normalizan las fronteras de lo posible, utilizando los mismos ahorros previsionales de quienes trabajan para manifestar un parche que poco puede ofrecer cuando la cesantía es la realidad actual y se profundiza la destrucción del empleo en el corto periodo. Entonces, en vez de cambiar el rumbo, presentan ideas analgésicas que lejos están de revertir las consecuencias de la crisis. 

Derogar toda deuda, arrebatar nuestros fondos a las AFP

Todo panorama indica que tras la entrada del coronavirus, motor y bencina de la crisis económica que se gestaba previamente, vamos hacía un mundo en dónde la desigualdad social llegará a puntos nuevos. La política monetaria de salvataje empresarial a través de la deuda, implica la confiscación permanente de los sueldos de quienes trabajan, mientras los capitalistas del mundo financiero se llenan de riqueza.

Y los principales representantes de los partidos del régimen ni hablan de una las principales reivindicaciones que motorizó a cientos de miles en las calles como preámbulo del estallido: No Mas AFP.

El desbaratamiento del propio movimiento y la adecuación de la demanda al vaciarla de todo contenido progresivo afirmaron la hoja de ruta del PC y el FA y los dirigentes sindicales que alguna vez proclamaron dicha demandan. La propuesta del autoprestamo 10% se adapta al lobby parlamentario, pero en medio de la pandemia y crisis económica ¿no estaríamos en mejor circunstancia con un modelo de seguridad social y un sistema que garantice pensiones?

El diagrama es claro, mientras más se profundice la crisis y la lucha de clases esté más presente, las direcciones que ven en la actual institucionalidad el lugar de cambios, cada vez más irán adaptándose a sus causes, es una relación intrínseca en momentos de tensión social, ya que se juegan intereses contrapuestos. Las AFP significan una enorme apropiación de capitales que están en el mundo especulativo, arrebatarles nuestros ahorros no será por deportes, ni por buenas intenciones del empresariado. Necesitamos acción y voluntad de lucha.

Es por eso que se hace de primera necesidad de la construcción de una alternativa anticapitalista, de clase y combate, porque las reivindicaciones para que la crisis no caiga sobre las mayorías sociales implican chocar con los intereses concentrados en el poder político y económico, sin miedo, sin pactar. La emergencia social es hoy, es por eso que proponemos:

  • Fin al CAE y todo crédito educativo. Educación gratuita y estatal.
  • En tiempos de pandemia: reconocimiento de utilidad pública a todo el sistema de salud privado, con sus insumos e infraestructura. Fin de las ISAPRES sin indemnización a las aseguradoras. Por un sistema único de salud público, universal y gratuito.
  • Renta universal Básica de $500.000 y no menor. Financiado por impuestos a las grandes fortunas.
  • Fin a los despidos, si hay empresas que se declaran en quiebra que sean controladas por les trabajadores
  • Derogar toda deuda hipotecaria y de consumo.
  • No Más AFP: Por un sistema de seguridad social, basado en la solidaridad y que sea de reparto y tripartito con control de quienes trabajamos y jubilades.

En tiempos de crisis ser anticapitalistas es en defensa propia. No dejemos en manos de los representantes del capital y sus aliados de “izquierda” que nos confisquen el futuro. Hoy más que nunca hagamos fuerte estas ideas, depende de la voluntad de muchas y muchos. Súmate con nosotros y nosotras.