“¿Cómo se supone que las mujeres deben equilibrar la carga del trabajo no remunerado en el hogar, con el trabajo remunerado a tiempo completo en el lugar de trabajo? La verdadera respuesta es que no pueden.
Tithi Bhattacharya
La pandemia de COVID-19 entra a escena en un contexto de agudización de la crisis capitalista, avanzando aceleradamente a una nueva recesión aún mayor a la ya vivida durante el 2008 según analistas del propio FMI y del Banco Mundial. Situación que ha corrido el velo de lo “netamente productivo”, poniendo sobre la mesa las labores domesticas, reproductivas y de cuidados que debemos sostener los cuerpos feminizados, hoy más tangibles que nunca.
Aquel trabajo reproductivo, fundamental para que el capitalismo funcione, se combina con ajuste, precarización y crisis económica a la avanzada de la pandemia que cae con fuerza sobre nuestros cuerpos.
En tiempos de pandemia. Nuestras vidas y el capitalismo neoliberal.
En tiempos de pandemia nos enfrentamos a la cara feminizada de la crisis. Algunos datos previos:
- La brecha salaria es del 27,2% entre hombres y mujeres frente a la misma labor.
- El 50% de las mujeres chilenas reciben salarios de $ 343.000 o menos.
- La feminización de la pobreza asciende al 54,3%.
Estos datos se cruzan con una realidad en dónde las mujeres deben seguir yendo a sus lugares de trabajo exponiéndose al contagio en condiciones precarias. Ejemplo de aquello son las trabajadoras de casa particulares, el 97% son mujeres, mientras que de ese porcentaje el 46% lo realizan de forma informal (CASEN). En el retail, otro sector que se ha visto obligado a funcionar estas semanas y con alta aglomeraciones, la feminización alcanza el 51%(Fundación SOL). Siguiendo con sectores estratégicos y fundamentales en tiempos de pandemia, en el sistema de salud y servicio somos el 72% de mujeres quienes enfrentamos al virus.La precarización del trabajo también alcanza un punto especialmente crítico en el sector del aseo. Les trabajadores de la limpieza son en su mayoría mujeres y generalmente están trabajando bajo el régimen del subcontrato, quedando su salud bajo la nula responsabilidad de las empresas subcontratistas que deben seguir prestando servicios a otras empresas e instituciones estatales que no pararán sus actividades. Por otra parte, las trabajadoras asalariadas que han tenido la posibilidad de cuarentena, se encuentran en el hogar realizando teletrabajo, con jornadas extenuantes y a merced de los requerimientos sin horario de las patronales. La realidad de las mujeres desocupadas es aún más preocupante ya que la tasa femenina alcanzó los 7,7%, incrementándose 0,2 pp a fines de 2019.
Más allá de los datos, hay dos hechos críticos de estas realidades: la creciente exposición al contagio, gracias a las medidas de un gobierno que ve nuestras vidas como mercancías y el otro, el incremento desmedido de las labores domésticas, reproductivas y de cuidado en tiempos de crisis.
¿De dónde saldrá el tiempo para hacer tareas escolares con niñes en cuarentena? ¿Cómo se lidia con el almuerzo, la limpieza, los cuidados de enfermxs, además de intentar llegar a fin de mes con el alza sideral de los alimentos y medicamentos y sin seguridad social alguna?
La realidad se agudiza si a eso le sumamos la situación de las mujeres migrantes y disidencias.
La situación es crítica y la atraviesa la más virulenta de todas las pandemias: la violencia machista. Hoy, las mujeres y cuerpos feminizados, les niñes y les adultxs mayores somos quienes estamos en exposición directa a convivir encerradxs con un agresor en un contexto social y sanitario que fomenta y alimenta la reproducción de la violencia. Sólo en el 2019,64 mujeres fueron asesinadas por femicidas en Chile y este año, a la fecha llevamos 12 compañeras menos.
Precarización laboral, trabajo reproductivo invisibilizado y cuarentena con violentos, es el cuadro de la pandemia para la realidad de los cuerpos feminizados.
Plan de emergencia Feminista y Anticapitalista
Lo hemos repetido mil veces “Patriarcado y capital son alianza criminal”. Es urgente avanzar en medidas que apunten a superar la crisis poniendo en el centro nuestras vidas, no las ganancias del capital.
Es por eso que creemos sustancial avanzar en 8 puntos centrales:
1.- Ley de emergencia ya! Presupuesto estatal para enfrentar la violencia de género, garantizando que las mujeres, disidencias, niñes y adultes mayores en situación de violencia puedan irse del lugar de convivencia con el agresor, teniendo acceso a un hogar, salud, servicios y trabajo.
2.- Reconocimiento salarial de las labores de domésticas y de cuidados: Ante el cierre de escuelas y/o casos de infección que requieran atención de cuidados, el Estado debe pagar un sueldo equivalente al costo de la vida de $500.000 líquidos o igual al salario mensual si es mayor a 500 mil pesos, de las personas que están cumpliendo trabajo doméstico y de cuidados.
3.- Derecho a la salud y el trabajo de las trabajadoras de casas particulares: Cuarentena preventiva con goce de sueldo a cargo del empleador o el Estado para trabajadoras de casas particulares. Línea directa de denuncias para los abusos y situaciones de encierro involuntario con fiscalización de organizaciones sociales y sindicatos.
4.- Reducción inmediata de las jornadas de teletrabajo: Jornadas compatibles con las labores de cuidado, que permitan el tiempo libre y descanso equivalente a 5 horas diarias.
5.- Migrar como un derecho garantizado:Ningún tipo de discriminación, acceso irrestricto y gratuito a la salud con goce de sueldo. Información inmediata para migrantes en proceso de regularización y prohibición de cualquier persecución o castigo a quienes estén de manera irregular en el país.
6.- Ningún trabajo sin sueldo: Trabajadoras sexuales con goce de sueldo garantizado por el Estado mientras dure la emergencia sanitaria, acorde al costo de la vida: $500.000.
7.- No mas endeudamiento: Condonación inmediata de todas las deudas y cuentas individuales.
8.- Democracia en el país, en la calle y en la casa: El gobierno del 6% no decide por nosotres. Será nuestra organización, basada en el cuidado la que debe ser protagonista.
Estas medidas tienen que ser acompañadas y potenciadas con un plan integral para enfrentar el avance de la pandemia, que parta por declarar de utilidad pública las clínicas privadas con toda su infraestructura e insumos. El Estado debe invertir todos los recursos necesarios a través de un shock presupuestario controlado por de un Comité de Emergencia, constituido por las y los trabajadores de la salud y la comunidad para su implementación democrática.
Revisa las 12 medidas que proponemos aquí
La defensa de nuestra salud, nuestros trabajos y nuestras vidas es la prioridad, Ley para paralizar los despidos y cuarentena efectiva con goce de sueldo.
Debemos empujar ya la huelga general que active la cuarentena nacional a la que este gobierno se niega. La CUT y Unidad Social deben salir ya de su pasividad, la vida y salud de miles de personas está en riesgo, no hay tiempo que esperar, sus declaraciones no bastan, es momento de actuar. Nuestra salud vale más que sus ganancias.
Maura Gálvez-Bernabé por el Movimiento Anticapitalista y Juntas y la Izquierda