El 20 de septiembre se dio inicio a la Semana Mundial de Acción por el Clima, convocatoria que ya tiene un antecedente en la magnitud de acciones a lo largo del planeta y la masividad en las movilizaciones, principalmente encabezados por jóvenes que ven la urgencia de poner freno al cambio climático. Los diversos informes científicos coinciden en la necesidad de disminuir de forma drástica la emisión de gases de efecto invernadero de aquí al 2030. Como punto de partida debemos mencionar que las consecuencias del cambio climático las estamos sufriendo ya en la actualidad, no es espoliar el futuro. Un segundo punto es la responsabilidad de un modo de producción históricamente determinado: el Capitalismo. Es por eso que el desafío es el qué hacer, una tarea histórica como generación: sus negocios o nuestras vidas.
Es el sistema, no el clima.
El pasado mes de agosto, el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), señaló que la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero es el único modo de mantener el calentamiento global por debajo de los críticos 1,5 °C. Un punto de no retorno que de hace decadas se alerta, aunque nada se ha hecho para evitarlo. Es por eso que no podemos desprendernos de nuestros puntos de partida para comprender esta dimensión global, ya que meramente hablar sobre “calentamiento global” sin ligar sus causas a los responsables directos podría ser engañoso y difuso en nuestro accionar.
Discutir como se ordena el planeta es central en develar las responsabilidades, en tanto clases e incluso la relación norte-sur de un sistema que gerencia los intereses del 1% como base y motor de la organización social y de la vida sobre el planeta. La lógica de la ganancia privada en base a la sobreproducción como garantía de rentabilidad y acumulación de unos pocos, mientras que se incentiva el sobreconsumo a partir de necesidades artificiales. En otras palabras, quemar la Amazonía para la minería ilegal y el agronegocio, dinamitar glaciares para extraer oro o la obsolescencia programada de tecnología para el consumo rápido.
La defensa de nuestro presente y futuro radica en dimensionar la escala global de la urgencia, identificar responsabilidades y activar en la movilización. Si bien, en general hay acuerdos de las consecuencias, sobre el qué hacer es el debate. Actores como las ONG`s traspasan al individuo el motor causante de la debacle ambiental o corrientes ideológicas que instan al capitalismo verde como vía del mercado de forma de esconder la responsabilidad a través de mecanismos como los “créditos de emisión”, desviación absurda en un mundo dónde el 85% del sistema es a base de la petrodependencia.
Chile y el experimento extractivista.
El cambio climático es un problema global, afectando a todos los ecosistema del planeta, aunque con particularidades que no podemos dejar pasar. Es el caso de nuestro continente al ocupar un lugar primario exportador en la economía mundial, transformando nuestro territorio en una reserva de especulación. Esta configuración social nos desplaza a un papel dependiente del capital extranjerizado conllevando consecuencias diferenciadas con los países imperialista en la afectación del ecosistema producto de la acumulación por despojo.
Sumado a esto, en nuestro país a partir de la dictadura se logró forjar sin oposición social la ola privatizadora a punta de fusil, liberando completamente la posibilidad de acción del capital transnacional en mercantilizar pilares centrales de la economía y de los derechos sociales. La Constitución de Pinochet y su consolidación en los gobiernos posteriores son base de un problema social y ambiental que hoy sufrimos. 3 ejemplos.
- Ley Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mineras y el Código de Minería y Reglamento. Ambas de 1983, posibilita la desregulación absoluta sobre la extracción minera y sin limite de tiempo. Mega minería que tiene como consecuencia la utilización de 780 litros por segundo en el caso de la minera Los Bronces, propiedad de Anglo American, equivalente al consumo de 400 mil personas, es decir a la población de La Serena e Iquique juntas.
- Ley de Fomento Forestal. En 1974 Subsidió a privados en hasta el 90% y les aportó en beneficios tributarios. Esquema que potenció la explotación de especies exóticas bajo el monocultivo en grandes extensiones. Como consecuencia directa se deriva en la escases hídrica y el desplazamiento de territorios Mapuches en el sur del país.
- El Decreto de Fuerza de Ley Nº70 que garantizó la privatización del agua y su monopolización a través del Código de Agua. Chile tiene el 95% en manos de transnacionales.
Cada ejemplo es transportable a cada recurso esencial, por lo tanto cualquier cambio necesariamente enfrentará el armazón estructural del país: su Constitución, sus leyes y fuerza represiva que defiende sus intereses, es por eso que sin una fuerza social será difícil revertir la catástrofe actual que transita el país, este año se declaró emergencia agrícola y ganadera por falta de agua en 5 regiones, incluyendo la Metropolitana, un panorama complejo que es potenciado por la dinámica global del cambio climático.
Anticapitalistas y (eco)socialistas en defensa propia.
En síntesis pensamos que la Semana Mundial de Acción por el Clima es un hecho de suma importancia que nos debe invitar a la acción propositivamente. El entramado social a nivel general y en particular sobre nuestro país genera grandes debates en como activar el freno de mano, en ese sentido hay organizaciones políticas como el Frente Amplio y el Partido Comunista que se apoya fundamentalmente en una vía electoral (e incluso pactando con quienes cimentaron lo actual, la ex Nueva Mayoría) quienes se sitúan en un punto inmóvil al enfrentar a las corporaciones, a las mega minería o al agro negocio que devasta zonas como Petorca. Una posición pasiva que ya sostuvieron con Quintero-Puchuncaví que más que alegatos aislados no plantearon alternativa en una Zona de Sacrificios.
Esta posición sólo aproxima “lo verde” en tiempos electorales, lógica similar a las ONG’s que sin miras a un cambio sistémico apuntan a la responsabilidad individual como motor de acción, culpando “por como votamos” o “como vivimos” y así evitar la acción contra los verdaderos responsables.
Nuestra propuesta en sintonía con la urgencia que transitamos es construir una organización con un programa de reorganización social en un proceso integral con la naturaleza, con medidas ecológicas de fondo. Es decir, transformar la manera de producir al socavar la propiedad privada y que toda decisión esté en manos de las mayorías sociales, de quienes trabajan. Cuestionar el sistema político de democracia de privilegios, desmantelándolo a través del rol de la movilización de clase y la juventud: una perspectiva revolucionaria de cuestionamiento total, anti patriarcal, anticapitalistas y sobre bases ecosocialistas. Nuestra posición es la construcción de una herramienta que sume voluntades en un proyecto colectivo, es por eso que proponemos medidas transicionales y de emergencia para activar:
- Declarar emergencia climática en Chile y en el mundo
- Estatización de todo el sistema energético bajo control de las y los trabajadores consumidores para iniciar una transición hacia alternativas renovables y limpias, incluyendo la reconversión laboral de tod-s l-s trabajadores
- Declarar la tierra bien social de utilidad pública y por lo tanto sujeta a expropiación para el caso de los grandes terratenientes y las forestales.
- Reparto de la tierra para el que la trabaja. Plan productivo estatal discutido democráticamente por los productores directos y asociaciones libres de consumidores.
- Prohibir el uso de transgénicos y agrotóxicos.
- Declarar el agua como un derecho humano. Estatizar las sanitarias bajo control de quienes las trabajan y l-s usuarios.
Los limites planetarios se tensan, hoy pasar de la resistencia a la propuesta es central, tomar el presente y garantizar el futuro es una tarea histórica de nuestra generación. Súmate a construir una alternativa internacionalista, feminista y (eco)socialista con el Movimiento Anticapitalista y vamos junt-s a la huelga por el clima este #27S.
Joaquín A., Movimiento Anticapitalista.