Se aproxima un nuevo 8M y las feministas anticapitalistas sabemos que nuestro lugar es en las calles peleando por una vida posible de ser vivida.
Por Maura Fajardo Gálvez, candidata a constituyente en el distrito 12 por el Movimiento Anticapitalista – Juntas y a La Izquierda
Un poco de historia…
Una parte de nuestra historia nos rememora a principio del siglo pasado que fue pariendo al 8M, el día internacional de las mujeres trabajadoras. Huelgas generales y miles de mujeres asaltando las calles, convirtiéndose en una verdadera ola violeta y roja dispuesta a ir por todo. Se cuenta que en medio de las protestas fueron muerta más de 129 obreras en una fábrica textil en Nueva York, sólo por el hecho de exigir sus derechos. Sus demandas apuntaban a las mejoras salariales, reducción de la jornada laboral, el derecho al sufragio. Esas huelgas de mujeres obreras fueron encendiendo la mecha de los procesos revolucionarios más importantes del siglo XX, pero también pusieron en el centro una cuestión fundamental: el patriarcado y el capitalismo eran un solo sistema, que oprimía y explotaba a las mayorías y donde nosotras, las mujeres y cuerpos feminizados recibíamos la peor de las partes.
Hoy ad portas de un nuevo 8M, vemos como las multinacionales, el gobierno y sus personeros, responsables de la violencia de Estado, pretenden colgarse de nuestra historia y nuestra lucha. Somos claras en decir que están y han estado siempre en la otra vereda y son responsables de la precarización de nuestras vidas.
La crisis, nuestros trabajos y la precarización de la vida
Recorremos tiempos de una profunda crisis económica motorizada por la pandemia, cruzada que encuentra la debacle ambiental y la deriva sanitaria producto del desmantelamiento del sistema de salud, una crisis sistémica del capitalismo. En aquel escenario vimos como nuestros cuerpos vienen sosteniendo esa crisis a costa de una profunda precarización de la vida.
Somos las primeras en ser despedidas, en quienes se sostiene la mayor taza de flexibilización laboral, a su vez, la violencia se incrementó al estar en confinamiento con agresores y las tareas de cuidados de nuestras familias la sociedad las delega hacía nosotras. Se visibilizó como los trabajos de cuidados y salud recaen fundamentalmente sobre mujeres, siendo mayoría en la atención de salud, paramédicas, TENS y atención de pacientes, es decir, fuimos la primera línea contra una pandemia que demostró el desmantelamiento y desfinanciamiento total del sistema de salud. También fuimos primera línea en otra de las labores centrales en tiempos de crisis: la educación, un trabajo donde el 73% son mujeres, quienes tuvieron que lidiar no sólo con las terribles condiciones laborales de la pandemia, sino con toda la violencia del gobierno que constantemente les trató de “flojos” y de “de no querer trabajar” SÓLO por denunciar las irregulares condiciones de seguridad y salud para el retorno a las escuelas. Una labor que cuenta en nuestro país con un sueldo 70% más bajo que sus pares de la región latinoamericana.
Otro sector altamente feminizado son las labores de aseo y servicio que fueron las primeras en enfrentar los despidos como las y los trabajadores del Metro que quedaron en las calles en plena crisis del COVID-19.
Así podemos seguir escribiendo sin detenernos jamás sobre las consecuencias directas sobre los cuerpos de las mujeres y feminizados en tiempos de crisis capitalista, los niveles de violencia, la impunidad absoluta frente a los femicidios, la crisis de cuidado que atraviesa al conjunto de mujeres trabajadoras que ya no puede sostenerse, pero hay respuesta y ante las violencias que vienen incrementándose sobre nosotras hemos sido marea violeta recorriendo el mundo y también hemos sido protagonistas de las diversas rebeliones que recorren la orbe, partiendo por nuestro país, pasando al Líbano, Hong Kong, Bielorrusia, Estados Unidos, Perú. Demostrando que nuestro lugar es indelegable y que nuestras luchas, son también las luchas de nuestros pueblos.
Y es así que nuestras compañeras argentinas conquistaron el derecho al aborto peleando en las calles durante años, dándonos una señal a todas: todo se vuelve posible si peleamos. Las polacas por su parte, hicieron una huelga general que recorrió Europa peleando en contra el plan conservador que intentaba terminar con el derecho al aborto invocando la intromisión de la iglesia en los asuntos del Estado.
Hoy, acá en nuestro país, al igual que en todo el mundo tenemos nuevamente la posibilidad de demostrar nuestras fuerzas y construir un 8M de movilización y rebeldía violeta que se disponga a transformar TODO.
¿Por qué marchamos?
Sabemos la potencia de nuestra fuerza y que las bases del cuestionamiento del movimiento feminista apuntan al centro de la reproducción capitalista y patriarcal, pero también sabemos de la necesidad de construir una herramienta del feminismo anticapitalista para las mayorías que se disponga a ir por todo, que no tema a convocar a movilizaciones y que pelee en las calles en contra de la violencia de estado de este gobierno criminal.
Es por eso que este 8M salimos nuevamente a las calles por todos nuestros derechos y por una vida posible de ser vivida:
– Por el aborto libre, legal, seguro y gratuito y por todos los derechos sexuales y reproductivos para las mujeres y cuerpos gestantes.
– Por una Ley de Emergencia en violencia de género que resguarden la vida y la integridad de las mujeres y cuerpos feminizados.
– Por un sistema plurinacional de cuidados que socialice las labores reproductivas y de cuidados que ejercemos las mujeres como mandato social a través de comedores y guarderías garantizado por el Estado en todo lugar de trabajo y de estudio.
– Por el derecho al trabajo, cupo laboral trans, a la libertad sindical y por sueldos acordes al costo de la vida.
– Por el fin de las AFP y por un sistema solidario de pensiones que reconozca el trabajo reproductivo y de cuidados.
– Por la recuperación del agua y todos nuestros bienes comunes a manos de las trasnacionales
– Por el derecho a la educación y la salud gratuita, universal y feminista. Por el derecho a la vivienda digna en espacios libres de violencia.
– Por la memoria la verdad, la justicia y por el fin de la impunidad de todos los violadores de derechos humanos. Fuera Piñera y todos los responsables de las violencias hacia nuestro pueblo, disolución de los pacos y la libertad de todas y todos lxs presxs políticxs.
– Por la autodeterminación de los pueblos y un Estado Plurinacional.
Salimos a la calle por nuestras vidas y para construir una sociedad donde puedan ser vividas, por un feminismo anticapitalista para y con las mayorías sociales. Esta voluntad es la que impulsa mi candidatura a constituyente por el distrito 12 (Puente Alto, La Florida, La Pintana, Pirque y San José de Maipo), en definitiva, transformar todo al servicio de las mayorías.
Y para hacer fuerte estas ideas es que te invitamos este sábado 6 de marzo a las 17:00 horas a preparar el 8M en el parque Bustamante. Nuestras fuerzas son indelegables y sabemos que si luchamos y luchamos todos se vuelve posible. Súmate junto a nosotras y nosotres y seamos marea dispuesta a TRANSFORMAR TODO!