Por Maura Fajardo Gálvez, Movimiento Anticapitalista
El día de hoy se realizó la discusión de uno de los temas más importantes de la Convención: la libertad de las y los presxs políticos de la revuelta. Relevante punto en que un gran sector de las y los convencionales se comprometió para abordarlo desde el minuto uno, aunque tuvo que ser aplazada debido que las dependencias del ex Congreso Nacional no estaban habilitadas por el gobierno de Piñera, luego de haber tenido un año para preparar su inicio y habiendo invertido 800 millones de pesos.
La Convención y la posibilidad de ir por todo
Sin duda el diagrama político está “desencajado” de lo que ha impuesto el régimen como la “forma de hacer política”, nuevas voces provenientes de las calles aparecen marcando sintonía con un sector del movimiento de masas que se sitúan en la vereda de defensa de los pueblos y eso molesta. Incomoda a una institucionalidad en crisis y genera ruido no sólo en los sectores conservadores de una derecha, minoritarios en la Convención, sino también en los partidos del régimen que han sido administradores del modelo y garantes del Pacto por la Paz.
La votación de la presidencia y la vice de la CC estuvo marcada por la medición de fuerzas, principalmente entre los sectores de Apruebo Dignidad (PC-FA) y la Lista Del Pueblo, demostrando quien es quien dentro del proceso. A su vez, en la inmediaciones del ex Congreso las calles se las tomó la movilización demandando la exigencia de la libertad a las y los presos. El inicio de la CC demostró una vez más que fuerzas sobran, que la rebelión sigue su curso, que el pueblo no está disponible para que una vez más hagan y deshagan sin nosotras y nosotros. Pero también refleja rápidamente los roles dentro de la CC entre quienes se esfuerzan para que todo siga igual e impulsar la política eterna del malmenorismo. Todo eso está aún en juego, un hecho claro es que fuerzas sobran para avanzar, hace falta voluntad política.
Las palabras que se lleva el viento
Lo que se puso en tabla fue impulsar una declaración que hiciera referencia a la prisión política en el país, las propuestas las emanó por un lado la Lista del Pueblo, Pueblos Originarios y la Vocería de los pueblos, la cual contenía el emplazamiento a los poderes del Estado para dar celeridad al proyecto ley de indulto que se tramite en el Congreso, la desmilitarización del WallMapu, reparación para las victimas de violaciones a los DDHH, retiro de todas las querellas que invoquen a la ley de seguridad del Estado. Mientras que la elaborada por Apruebo Dignidad se asemeja en su contenido, aunque señala textualmente que se pronuncian, pero “La Convención Constitucional, sin pretender interferir ni arrogarse las competencias o atribuciones de otros poderes del Estado”, es decir asumen el Pacto por la Paz y la Nueva Constitución, demostrando que no tendrá poder soberano la CC.
Luego de que en una primera votación, la declaración 1 (PS-PC-FA) tuvo 52 votos; la declaración 2 (Lista del Pueblo, Pueblos originarios y Vocería de los Pueblos) sumó 49; hubo 34 en contra y 16 abstenciones. En la segunda votación se sumaron los sectores que erigieron la segunda declaración a la primera, sin inclusiones ni modificaciones, asumiendo como consenso la propuesta que niega la soberanía y se limita a “exigir” sin fecha al Congreso y al mismo Piñera que le declaró la guerra al pueblo, una confianza a las instituciones que choca con el manifiesto de la Vocería de los Pueblos que impulsaba soberanía constituyente.
Antes de la votación, algunas candidaturas independientes hicieron gala de su oratoria impugnando el orden de los 30 años. La bancada del FA y su llamada bancada feminista, impulsando la política de la medida de lo posible ratificaban el pacto que salvó a Piñera y sus vetos, mientras que otras constituyentes electas, igualmente paradas desde el feminismo, impugnaban discursivamente a las instituciones patriarcales, para luego terminar votando junto con quienes las avalan y una declaración que se signa a lo simbólico ¿No era que el feminismo era acción concreta?
No basta con declaraciones: la libertad de las y los presxs es ahora y es urgente.
El problema de fondo es que hay fuerza para avanzar hacia una real asamblea constituyente libre y soberana, que nos hubiera permitido la libertad y amnistía a todas y todos los presxs políticxs de la rebelión, del WallMapu y de la transición, precedente fundamental en un país que da muestras de que sigue y seguirá luchando. Superar de una vez por todas los vetos que se firmaron el 15 de noviembre y poner la voz del pueblo dentro del proceso para superar de una vez por todas la cocina esclavizante de los 30 años es posible.
En aquella sintonía, pensamos que hoy lo que se debía discutir era el proyecto de amnistía presentado por la constituyente de la lista del pueblo y militante del MIT María Rivero. Lamentablemente el proyecto presentado por la constituyente no logró los 30 avales que solicitaba la mesa directiva de la CC, cuestión que nos parece impresentable y antidemocrática ya que no puede existir veto alguno en un proceso deliberativo de este tipo, niega minoría y disidencias con derecho a voz, mientras que fomenta los diálogos de pasillos para lograr consenso.
La prisión política en nuestro país es una realidad impuesta a sangre y fusil durante los años de horror de la dictadura, impulsada luego por la ex Concertación y la derecha durante estos 30 años contra el pueblo Mapuche en Wallmapu, contra estudiantes que se rebelaron contra la educación de mercado, contra luchadoras y luchadores que fueron perseguidos y criminalizados y claramente contra nuestro pueblo que salió a pelear en octubre de 2019 en adelante y que sigue y seguirá peleando. Hablar de prisión política en nuestro país, posicionarse frente a todo el arco de impunidad de ayer y de hoy, es hablar de las razones que permitieron la instalación y profundización de este modelo económico que se lleva nuestras vidas, por lo tanto, tiene una relevancia vital para el Chile que queremos construir.
El día domingo en las calles de Plaza de Armas mientras se llenaba de gente, unas letras gritaban en una esquina “Señores constituyentes, el pueblo los está mirando” y así es, el pueblo les está mirando. Es por eso que debemos pasar del voto a ser sujetos y sujetas políticas, avanzando en la organización y movilización, desde nuestra organización impulsamos este camino.