Por Camilo Parada Ortiz, Movimiento Anticapitalista
En pocos días Chile pasó de la autocomplacencia por una campaña masiva de vacunación, a duros cuestionamientos por el tema de las vacunas VIP, un verdadero vacuna-gate, que se suma a las ya pésimas políticas en salud. Hay que derogar las patentes de las vacunas y disponer todo el sistema privado de salud al servicio publico de forma universal y gratuita.
Desde el punto de vista del capitalismo global y la geopolítica internacional, las campañas masivas de vacunación se están llevando a cabo, especialmente en países « desarrollados » o imperialistas, con algunas excepciones como el caso chileno, donde el cuestionado presidente Sebastián Piñera, conocido internacionalmente por las sistemáticas violaciones a los derechos humanos que siguen ocurriendo bajo su mandato, intenta apostar todas sus fichas en la campaña de vacunación para salvar algo de su desastroso «legado», sin embargo, en este tablero internacional lo que vemos es una verdadera « guerra de vacunas » con laboratorios privados de la gran industria químico farmacéutica enfrentados entre si, en una carrera cuya finalidad no es más que el lucro masivo a expensas de la salud de las grandes mayorías sociales, un verdadero espiral de especulación donde sus ganancias valen más que nuestras vidas.
El capitalismo demuestra su faceta más inhumana e irracional, las distintas industrias químico farmacéuticas investigan cada una por su propia cuenta muchas veces con millonarias subvenciones públicas para el desarrollo de vacunas en un ambiente de secretismo y competencia, lo que impide toda colaboración internacionalista de carácter científico con la finalidad humanitaria de buscar soluciones racionales y globales para las grandes mayorías, por el contrario, la lógica del sistema es hacer competir a cada compañía para acaparar mercados, sin importar las consecuencias mundiales de salud a nivel planetario. Demás está decir, que la gran mayoría de habitantes del planeta no está accediendo a vacunas, no solamente en el caso específico de la actual pandemia de Covid-19 sino en relación a la gran mayoría de virus existentes en la actualidad. En este sentido, hemos visto una vez más cómo, a pesar del enorme esfuerzo publicitario, donde se han invertido cifras astronómicas que podrías haber sido destinadas a investigación y desarrollo científico público, los diversos gobiernos, han sido literalmente incapaz de desarrollar políticas mundiales que permitan efectivamente limitar el número de contagios, es más, desde el mundo científico ya se levantan voces que denuncian que si el plan de vacunación no se aborda desde un prisma solidario e internacional, quedarán grandes franjas de la población mundial sin vacunar, es decir sin el derecho al acceso a la salud, lo que niega el control de la propagación y además, facilita la mutabilidad del virus, provocando inexorable un círculo vicioso que retarda el fin de la pandemia.
En último término, esto se trata de la composición misma de la propiedad intelectual al servicio del privado en temas de salud, lo que genera una producción monopólica obligada y grandes limitaciones de producción y distribución. Es la ley de la selva, las vacunas se venden al mejor postor, importa un comino si la gran mayoría de habitantes del planeta queda fuera, total es un negocio regido por las lógicas de la ganancia y alejado de la planificación racional para el control de la pandemia.
Es por eso, que nuestra perspectiva en materia de salud es el reconocimiento de un derecho fundamental, al igual que la ciencia y su libre acceso al conocimiento, de eso se trata la democracia: todo al servicio de las mayorías, no de una minoría privilegiada que hace negocio en torno a las necesidades sociales. Y no solamente en el caso específico del Covid-19 sino de todas las enfermedades que aquejan a la población mundial, muchas de ellas mortales y con cura inaccesible para gran parte de la población. Defendemos de forma clara el acceso libre, público y mundial a las vacunas y la liberación inmediata de las patentes, impulsamos que las farmacéuticas, los laboratorios y las clínicas privadas con toda su infraestructura pasen al servicio público. Avanzando así en el control del COVID-19 y también invirtiendo la lógica irracional de la ganancia, transformando la salud en un derecho para todas y todos con un enfoque social y comunitario.
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En tiempos que las políticas criminales del gobierno apuntan al “retorno a la normalidad” obligándonos al retorno laboral y educativo sin medidas de prevención, con un sistema de transporte colapsado y una cuarentena que sólo busca medidas coercitivas para el pueblo, en vez de poner el acento en medidas sanitarias, es que proponemos que la respuesta unitaria de todos los sectores para acabar la lógica actual de poner la ganancia sobre la vida.
Es cierto que el Vacuna-Gate es grave, que en otros países ha empujado a la renuncia de ministros, incluso con cantidades menores de vacunas VIP que en Chile, como estamos lamentablemente acostumbrados y acostumbradas. En esta línea, el mismo Registro Nacional de Inmunizaciones (RNI) del Departamento de Estadísticas e Información en Salud (DEIS) informó recientemente que 37.300 personas se han vacunado sin pertenecer a los grupos prioritarios, develando todo un escándalo público a nivel nacional, donde queda de manifiesto que el acceso a la salud no es igual para todas y todos, algo que ya sabemos y contra lo cual luchamos. Esto, sumado al profundo tema de las patentes, nos demuestra una vez más la necesidad de transformar todo de manera radical, desde el Movimiento Anticapitalista y la organización Internacional a la cual pertenecemos, la Liga Internacional Socialista, defendemos el fin de las patentes farmacéuticas y luchamos por un sistema único de salud público, gratuito y universal, con enfoque de género y plurinacional[1]: Impulsamos la lucha desde la clase trabajadora y los pueblos del mundo por un programa de medidas de emergencia en el camino de un modelo socialista para garantizar plenos derechos para los trabajadores y un sistema único que garantice acceso universal, gratuito e igualitario. Es por eso que además nuestras candidaturas independientes anticapitalistas a la Convención Constitucional, Maura Fajardo Gálvez por el Distrito 12 y Camilo Parada Ortiz por el Distrito 10, representando a nuestro movimiento, ponemos sobre la palestra el tema del derecho universal a la salud como una de las prioridades constitucionales, al servicio de todas y todos, y no de un puñado de privilegiados, acompáñanos y hazte parte para pelear por estas ideas junto al Movimiento Anticapitalista.
[1] https://lis-isl.org/2020/04/27/declaracion-internacional-por-un-sistema-unico-de-salud-publico-gratuito-y-universal/
