Escribe Maura Gálvez – Bernabé, Juntas y a La Izquierda – Movimiento Anticapitalista
Este miércoles el juez Federico Gutiérrez desestimó la prisión preventiva para el violador Martín Pradenas. Una burla para la memoria de Antonia, su familia y hacía todas las mujeres. La Justicia patriarcal – capitalista avala y fomenta la impunidad machista. Por ti, por todas, hay que dar desmantelar las instituciones machistas y burguesas: dar vuelta todo, esa es la única justicia posible.
El patriarcado es un juez, que nos juzga por nacer…
Fueron alrededor de 8 horas de audiencia que miles de personas siguieron en vivo y con atención. El caso de Antonia de 20 años que tras ser violada por Martín Pradenas se quitó la vida y que hoy el juez Federico Gutiérrez sentencia: «Se ha tenido por acreditado el delito de violación en perjuicio de Antonia Barra, la medida cautelar no puede ser una especie de condena anticipada». De esta forma dejando en prisión domiciliaria al violador de Martín Pradenas.
La conmoción social se acrecentó por la brutalidad del poder tras las defensa al violador, un trayecto que contempla la desaparición de pruebas, pagos por declarar, protección de los pacos como guardias privados, entre otras provocaciones que sólo pueden estar en manos de quien es parte de una clase privilegiada.
Es así que su defensor, el abogado Gaspar Calderón, reconocido racista y machista que ha propiciado la defensa de crímenes de estado contra el pueblo mapuche, dio cátedra de machismo institucional al momento de presentar la defensa, poniendo en tela de juicio la versión de la familia, refiriéndose a la vida personal de Antonia y responsabilizándola de la situación que vivió. Un trato vejatorio y revictimizante para Antonia, su familia y todas las víctimas de violencia.
Por otra parte la “justicia”, acogió la solicitud de Calderón para la prescripción de violaciones previas que cometió Pradenas, nuevamente la impunidad para los violadores.
De la indignación a la organización: hasta hacer caer la (in) justicia capitalista – patriarcal
El caso de Antonia y de tantas compañeras y compañeres, nos demuestra que las instituciones actuales están hechas para garantizar y prevalecer los intereses económicos de una minoría privilegiada, de esta forma fomenta todo tipo de violencia de género, así perpetuando el poder de clase, machista y racista.
Es por eso que es central transformar toda esta rabia e indignación en movilización, organizándonos con una perspectiva revolucionaria y feminista para desmantelar esta institucionalidad que promueve la violencia, ya hemos demostrado nuestra fuerza en las calles y hemos sido marea impugnando este orden establecido, podemos ir por más y por todos.
Exigir la condena del violador a través de la presión social es un camino que no debemos soltar, pero también debemos cuestionar todo e ir por otro tipo de justicia, democrática y feminista como antesala de la única justicia posible, que es la construcción de otra sociedad donde nuestras vidas, puedan ser vividas. Otro mundo es posible, sin patriarcado ni capitalismo, para eso nos organizamos.