Por Maura Gálvez – Bernabé, Movimiento Anticapitalista.
La semana pasada el gobierno de Piñera hizo un llamado a un gran acuerdo nacional para enfrentar la crisis. El acuerdo contempla tres elementos: combate contra la pandemia, plan de protección social y protección de la economía. Además de ser una careta social para encubrir que sigamos siendo las grandes mayorías quienes paguemos la crisis, entra en los marcos de la necesidad de un gobierno con poco apoyo social para reforzar su plan de salvataje económico al beneficio empresarial.
¿Cuál Oposición?
En sintonía con el rol que vienen jugando desde el 18 de octubre en adelante, la «oposición» nuevamente se disponen a pactar con un gobierno criminal y empresarial, lo que significa directamente seguir salvándole el pellejo a quienes hoy tienen a la gente de los sectores populares pasando hambre. Un apoyo para quienes son responsables de los contagios descontrolados que ascienden a más de 108.686, ubicando a Chile en el país Número 13 con mayor cantidad de contagios. Ya son 1.188 personas fallecidas, consecuencia de las “cuarentenas parciales” y el desmantelamiento del sistema de salud.
Antecedentes que suman las garantías empresariales para la suspensión de sueldos, mientras que el virus de la cesantía llega a alcanzar cifras records en la última década, superior al 10%. Mientras que un reciente estudio da cuenta que el 15% de las personas contagiadas debe seguir saliendo a trabajar producto a la nula protección social en tiempos de crisis.
Radiografía de una catástrofe total que se podría haber evitado si se hubieran tomado medidas que pusieran en el centro la vida, la salud y el trabajo. Sin embargo esa no es ni será la prioridad del gobierno, tampoco la de una oposición parlamentaria agrupada en la ex Concertación y el Frente Amplio.
Recordemos que frente a las protestas por el hambre en sectores populares, Piñera y su gobierno pudo aplicar leyes represivas votadas por el Frente Amplio, mientras que la Ley de (des) Protección al Empleo contó con la aprobación del PC.
El nuevo acuerdo.
El arco político que involucra al PS, PPD, DC y Revolución Democrática ya son parte del gran acuerdo, lo que tiene a algunas organizaciones del FA como Comunes y al Partido Liberal rasgando vestiduras por redes sociales pidiendo poder integrarlo.
El PC por su parte declarativamente dice restarse del acuerdo y a través de la CUT – Central que dirigen- plantean el slogan que la crisis no la paguen lxs trabajadores, sin embargo fueron ellos quienes votaron leyes que contradicen dicha posición, a su vez no motorizan la central para ponerle freno a las medidas pro empresariales. Mera fraseología roja por redes sociales.
Es claro que hoy al conjunto del pueblo trabajador no nos sirven ninguna de sus declaraciones.
El avance del Acuerdo Nacional rememora los días del Pacto, por un lado el conjunto del pueblo pidiendo la cabeza del gobierno, mientras que los representantes del régimen acordaban cambios en la medida de la derecha. Hoy ratifican dicho rumbo para que la crisis la paguen las mayorías sociales.
Hagamos lo contrario: unidad para que lxs capitalistas paguen la crisis.
En el punto en que estamos debemos debatir y preguntarnos ¿Es posible frenar el contagio descontrolado y el virus de la cesantía en un acuerdo con Piñera? ¿Cómo logramos una cuarentena con una renta universal básica? ¿Cómo prohibimos los despidos?. El Partido Comunista y el Frente Amplio deberían responder a dichas preguntas ¿Es con la derecha, el FMI y leyes represivas?
Por nuestra parte creemos que la urgencia radica en la unidad a base de puntos de emergencia. Contrario a lo que hace el PC y el Fa.
Para frenar los despidos: Ley que los prohíba y redistribuir las horas de trabajo para garantizar el pleno empleo.
Contra el hambre: Renta universal básica no menor a 500.000 en base a fuertes impuestos a las grandes fortunas.
Frente al colapso sanitario: Impulsemos una gran campaña por un sistema de salud único, público, gratuito y universal. Que el sistema privado pase a control estatal, inversión de shock y para garantizar la salud por sobre las ganancias, que sean las y los trabajadores que controlen democráticamente el sistema sanitario.
En base a medidas concretas y de urgencia podemos responder qué unidad necesitamos y cómo conseguimos conquistarlas. Lejos de pactar una vez más con el gobierno, requerimos la activación de la lucha política y social para que sea otro plan el que se ponga en marcha, sin la derecha ni empresarios decidiendo por la vida de las mayorías.