Por Luis Meiners, Liga Internacional Socialista EEUU.
Las protestas desencadenas por el asesinato de George Floyd en manos de la policía de Minneapolis se han extendido nacionalmente. En la cuarta jornada de protestas se registraron acciones en al menos 30 ciudades, incluyendo frente a la Casa Blanca en Washington. En Minneapolis se desarrolla una verdadera rebelión y el estado ha desplegado la Guardia Nacional y dictado un toque de queda durante el fin de semana.
La irrupción en escena de la lucha negra y el desarrollo de un movimiento de protesta de escala nacional contra la violencia y el racismo de la policía es un acontecimiento fundamental para el desenvolvimiento de la lucha de clases. Reflejan el estallido del hartazgo frente a la brutalidad policial, pero también frente a las condiciones estructurales de desigualdad y racismo que son una parte central del funcionamiento del capitalismo estadounidense. Forma parte de las luchas que venia desarrollando la clase trabajadora, como la oleada de huelgas durante la pandemia. Tiene el potencial de abrir una nueva situación en la lucha de clases en EEUU, fortaleciendo al conjunto de la clase trabajadora. Esto se produce en el momento en que los gobiernos y el capital avanzan hacia la reapertura de la economía cuando la pandemia esta lejos de haber pasado su pico en gran parte del país y el numero de muertos sigue creciendo.
Todo el establishment político, desde Trump hasta el alcalde demócrata de Minneapolis, Jacob Frey, han salido a decir confrontar y desacreditar a las protestas. El primero tuiteó que el ejército estaba disposición para recuperar el control, y que “cuando comienzan los saqueos, comienzan los disparos”. Frey sostuvo en una conferencia de prensa el sábado a la mañana que quienes protestan no son residentes de Minneapolis, sino personas externas que buscan causar violencia.
Es el discurso que acompaña la escalada represiva. Mas de 1700 efectivos de la Guardia Nacional han sido desplegados en la región de la ciudad, en la mayor operación en la historia del estado de Minnesota. Alrededor del país las protestas han sido fuertemente reprimidas, y hay cientos de detenidos.
Frente a la represión estatal, también ha crecido la solidaridad de la clase trabajadora. Primero en Minneapolis y luego en Nueva York, los trabajadores del transporte público se han negado a transportar detenidos tal como se los requería la policía. Filiales de su sindicato en ambas ciudades han emitido declaraciones exigiendo justicia y miembros de los sindicatos han iniciado un petitorio nacional llamando a acciones de protesta masivas y coordinadas.
Las protestas ya lograron un primer triunfo parcial con la detención y procesamiento de Dereck Chauvin por asesinato. Pero esto no es suficiente para lograr justicia y continúan exigiendo el arresto y condena a todos los policías involucrados. Además, apuntan contra el racismo estructural del aparato policial y el sistema. Es por esto que desde la desde la Liga Internacional Socialista exigimos el desmantelamiento de la policía racista y nos solidarizamos con la lucha por la justicia y contra la brutalidad policial como parte de la lucha contra el sistema capitalista y racista.
Protestas en todo Estados Unidos
En Minneapolis/St.Paul se desarrolla una enorme rebelión que ha desafiado la presencia de la Guardia Nacional y la declaración del toque de queda. Se enfrenta a una creciente criminalización por parte de las autoridades, estando incluso la amenaza de movilizar tropas hacia la ciudad.
En Nueva York, hubo una importante convocatoria con miles de personas el viernes por la tarde en Brooklyn. Hubo una fuerte presencia policial y segun la NYPD ha habido mas de 200 arrestos vinculados a las protestas. Nuevas acciones están convocadas para el sábado y en todos los barrios de la ciudad.
En Atlanta, miles tomaron las calles con una gran concentración en las puertas de la CNN donde fueron violentamente reprimidos. El gobernador de Georgia declaró el estado de emergencia y movilizó la Guardia Nacional.
Desde St. Louis, una camarada nos envía el siguiente relato: “Anoche en St. Louis, Missouri, varios cientos de personas marcharon en honor a George Floyd y para pedir el fin de la brutalidad policial. Muchos en la multitud tenían carteles y cantaban canciones con consignas contra la policía, como llamados a abolir la institución de la policía por completo. La marcha comenzó alrededor de las 6 p. m., y continuó por las calles del centro de St. Louis. Varias personas bajaron de las aceras o se bajaron de sus coches para unirse a los manifestantes, después de las llamadas de “¡estacione su coche y venga a unirse a nosotros!» A medida que más y más personas se unieron, el grupo vitoreó y bailó. A las 11PM, la protesta había bloqueado una carretera de seis carriles. Algunos manifestantes detuvieron a un camión de envíos, mientras que otros cantaban y bloqueaban el tráfico en la autopista. El conductor del camión asesinó a un manifestante conduciendo sobre él en su camión de dieciocho ruedas. El grupo se dispersó a la 1 de la mañana, y hasta donde yo sé no hubo arrestos. La marcha en St. Louis tuvo un gran significado porque este es el lugar de nacimiento de la rebelión de Ferguson de 2014, en la que meses de protestas y disturbios contra la violencia policial contra los negros fueron provocados por el brutal asesinato policial del adolescente negro Michael Brown por el policía blanco Darren Wilson. «Somos los planos para la revolución», dijo un organizador. St. Louis ha estado en este movimiento desde 2014, y ahora se revitaliza para la lucha por delante. Se planean más asambleas y protestas en las próximas semanas.”
En Washington DC, miles marcharon hasta la Casa Blanca, expresando la furia contra el gobierno racista de Trump. En Los Ángeles, donde se registraron algunas de las primeras protestas en solidaridad con Minneapolis, miles tomaron las calles nuevamente y el gobierno decretó la prohibición de las concentraciones en el centro de la ciudad. En Chicago, Dallas, Houston y Louisville también hubo importantes acciones.
En total, se registraron acciones en al menos treinta ciudades, demostrando el enorme desarrollo de una rebelión que abre un nuevo momento político en Estados Unidos.