Por Camilo Parada, artículo publicado en Alternativa Anticapitalista nº3
Para el mundo de la cultura en Chile, específicamente para las artes escénicas, cuyos ingresos principales son las presentaciones en vivo, esta crisis multidimensional ha sido una verdadera catástrofe, considerando además, que este sector ha estado históricamente precarizado.
Frente a las demandas y reivindicaciones que se han levantado desde diferentes áreas de las artes escénicas (que incluye a actrices, directorxs, técnicxs, colectivos, gestorxs, músicxs, bailarinxs, productorxs, artistas de circo, performers, etc.) el gobierno de Piñera, a través del ministerio de las Culturas, propone soluciones que van en la lógica capitalista de la competencia descarnada, una especie de Juegos del Hambre. La opción del sector se limita a fondos limitados concursables que lógicamente, no alcanzan para responder a la situación de extrema precariedad histórica de les trabajadorxs de las artes y pone a competir a lxs artistas para llevarse una parte de la tajada.
“Como ministerio somos conscientes del impacto que esta emergencia sanitaria está trayendo para las culturas, las artes y el patrimonio. Es por eso que hemos generado un plan de acción que permita hacer frente a esta realidad, y de esta manera proteger y ayudar al sector, tanto a través de las instituciones que son parte de nuestro ecosistema, como de los propios artistas y agentes culturales y patrimoniales” explicó la ministra de las Culturas. Estas declaraciones intentan disimular una realidad que se hace evidente: la sobrevivencia de la cultura dependerá de la reasignación de fondos ya existentes para echar a les trabajadorxs y artistas a pelear, de forma burocrática, en el ruedo cultural. Frente a esto, el mundo de la cultura se organiza.
Conversamos con trabajadorxs del mundo de la cultura frente a esta realidad. Ana Laura Racz, actriz y gestora cultural, nos dice: “Me parece que los fondos de emergencia deben repartirse y no ser concursables. Si los fondos no alcanzan para todos, debiese buscarse una metodología según la situación económica de cada individuo, privilegiando a los trabajadores que estén en mayor situación de vulnerabilidad”. En el fondo el gobierno no reconoce a lxs artistas como sujetos de derechos laborales.
La crisis sanitaria refuerza los cuestionamientos que el mismo sector lleva años haciendo a los fondos concursables como instrumento de financiamiento de proyectos, considerando además, que la abrumante mayoría de trabajadorxs son independientes y boletean, y por tanto, se profundizan las lógicas de desprotección. Así, el “plan de acción” de la ministra nos hace pensar en la trilogía cinematográfica de la escritora Suzanne Collins, Los Juegos del Hambre, donde un capitolio ultra capitalista, hace que participantes de los distritos pobres, tengan que jugar su destino en una lucha a muerte. En este sentido, recalca Ana Laura Racz: “Hacer concursar al sector, premiando la calidad de un proyecto me parece indolente en relación con las necesidades del sector en donde hay personas de tercera edad, madres, jefes y jefas de hogar, etc., que son también trabajadores de la culturas. Es totalmente absurdo hacer un concurso cuando hay un sindicato, registro social de hogares y una serie de instancias para medir el grado de prioridad”.
Las artes debieran ser una preocupación central de las políticas públicas y entendidas por el Estado como un aporte al bienestar intelectual y emocional de las personas. Por el contrario, Piñera evita comprometerse y proponer medidas de rescate a lxs trabajadorxs de la cultura. En este sentido, la música, actriz y dramaturga María Fernanda Carrasco, de la compañía de Teatro de Ocasión, organizada dentro de la Red Nacional de Compañías de Teatro, es clara: “Estamos en medio de una crisis, existe peligro de desaparición y abandono sin voluntad política. Hemos visto como se ha evitado encarar de manera directa esta crisis. El Estado de Catástrofe otorga facultades extraordinarias al Ejecutivo ¿por qué esto no es una posibilidad ante la crisis de nuestro sector? Sí, se puede legislar, se llevan adelante leyes en un día cuando hay voluntad política, cuando hay noción de urgencia ¿qué nos ofrecen cómo “fondos de emergencia?” Concursabilidad, perpetuando la inequidad, repartir poco para que se peleen muchos ¿competencia en medio de la pandemia?”
Y en efecto, en un sistema donde se idolatra la individualidad y el consumo, el arte y la cultura quedan degradas a las leyes de un mercado laboral destruido y aparecen últimas en las prioridades del gobierno. María Fernanda agrega: “La cultura y las artes escénicas le dan alma a la sociedad, a la humanidad. La cultura es política, es representación, es imagen país. (…) Estamos golpeadxs, en medio de una crisis que no tiene fecha de término. La supervivencia de la cultura y la creación nacional peligra. No basta la concursabilidad, nunca ha bastado, hoy es imposible sin un ministerio empoderado, decidido y dispuesto a defender la vida de la cultura chilena.”
Tomando estos debates con los cuales en algunos casos tenemos acuerdo y en otros no, sostenemos la importancia de la organización de les trabajadorexs de las artes para que sean reconocidos como tal con todos sus derechos, para construir un arte al servicio de las grandes mayorías y que sea de libre acceso para todes, es decir otro modelo de producción y creación un, modelo Anticapitalista.»