El Día Internacional de las y los Trabajadores, el primero de mayo, es un hito en el calendario que implica conmemoración, luchas, diálogos y debates en la clase trabajadora y sus organizaciones en todo el mundo. El planeta atraviesa momentos convulsos: guerras, genocidios, avance de la ultraderecha. Nuestro país no es ajeno a esta dinámica: el gobierno de Boric intenta normalizar el país en función de la acumulación neoliberal, fomenta la represión y reestructura a la vieja Concertación, decepcionando a miles. Así, lo peor de los nostálgicos de la dictadura se postula. Frenar la barbarie capitalista y proponer radicalmente otro sistema sólo es posible a través de quienes producen y reproducen la vida: las y los trabajadores, organizados en una alternativa anticapitalista, socialista e internacionalista.
Por Movimiento Anticapitalista
Primero de mayo. Lecciones de ayer para las luchas de hoy
En París, en julio de 1889, se celebró el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional. Fue en esa instancia donde se decidió que el 1° de mayo sería una jornada de lucha de la clase obrera, en homenaje a los trabajadores militantes socialistas y anarquistas de Chicago que fueron sentenciados a muerte tras la huelga iniciada un primero de mayo de 1886 en Estados Unidos. La consigna no reconocía fronteras: 8 horas de trabajo, 8 horas de descanso y 8 horas de recreación. Lejos de ser una fecha festiva, el Primero de Mayo reconoce el potencial de la clase trabajadora en la conquista de sus propios derechos y, a su vez, nos recuerda que los representantes del capital están dispuestos a todo para preservar sus intereses de clase.
La vigencia de las lecciones del pasado se vuelve crucial en la actualidad. La ofensiva del capitalismo a nivel global para recuperar sus beneficios tras la crisis económica de 2008 ha avanzado en dinamitar los ya limitados derechos conquistados. Incluso las ocho horas de trabajo parecen ser cosa del pasado, con la expansión del trabajo precarizado a través de plataformas y aplicaciones. Al mismo tiempo, la propia democracia burguesa es cuestionada por personajes como Trump o Milei, quienes asumen una agenda antiderechos contra las mujeres, las disidencias, la juventud y el conjunto de la clase trabajadora, alentando la xenofobia y el machismo como virus divisorio del movimiento obrero.
La ultraderecha ha logrado postularse por el camino que le allanaron los autodenominados progresistas, quienes han gobernado dentro de los límites del capital, decepcionando a millones al aplicar ajustes y políticas neoliberales. Latinoamérica ofrece ejemplos claros: Maduro a través del autoritarismo estatal ha provocado uno de los mayores desastres sociales en Venezuela, mientras promueve la falsa idea de un «imperialismo bueno» encarnado por Rusia o China, es decir defendiendo al capital. En Chile, con sus particularidades, se enfrenta la crisis del proyecto del Frente Amplio, que ha administrado un modelo heredado de la dictadura junto al Partido Comunista, incentivando la recomposición de la vieja Concertación para normalizar un país que, desde las calles, cuestionó de raíz el capitalismo neoliberal.

En contraposición, asistimos a amplias movilizaciones que desbalancean la orientación del capital. Hay respuestas contra el genocidio sionista; hay respuestas contra los Trump del mundo. Caminamos hacia un mundo cada vez más caótico, y en medio de las tensiones interimperialistas y la política de guerra, la respuesta obrera será decisiva. A medida que avanza el Estado de Israel, la solidaridad con Palestina será fundamental; frente a la avanzada xenófoba y racista, el internacionalismo revolucionario será central.
Así lo expresa el texto que desarrollo la LIS en contribución al III Encuentro Internacional de la izquierda radical que se desarrollara en Paris durante este mes: “Está por verse cuánto de su proyecto efectivamente logra el gobierno de Trump. Pero ya estamos ante un cambio estructural en la configuración del imperialismo mundial. Aunque buscan crear un nuevo orden mundial que salve al capitalismo de su crisis sistémica, es más probable que generen un mundo más inestable y conflictivo, un desorden mundial como nunca hemos visto. Al poner en cuestión todas las relaciones de poder, alianzas y disputas que brindaban algún nivel de estabilidad, volverán a entrar en disputa numerosas fronteras, soberanías y zonas de influencia. El proceso de reconfigurar el órden que buscan construir va a desatar más conflictos y guerras regionales.”
Por eso, ante un mundo polarizado, lo decisivo es volver a discutir que no basta con resistir: hace falta pasar a la propuesta, a la organización política de una fuerza que, en los momentos decisivos, no negocie, sino que avance para transformar todo. El Primero de Mayo, además de encontrarnos en las calles, debe encontrarnos también dispuestos a dar ese salto político.
Ultraderecha, falsos progresismos en tiempos electorales
Este primero de mayo nos encuentra en un año electoral que expresa la crisis del proyecto del Frente Amplio en la búsqueda de su carta presidencial, a su vez el giro a derecha del gobierno de Boric hace prevalecer la continuidad oficialista en la consumación del timón a cargo de los viejos representantes de la Concertación. Ya administran el Estado con los puertos centrales en los ministerios. No sólo eso, la actual fotografía que comparte el FA, el PC y el conjunto de la ex Concertación es la expresión a las políticas de normalización del país a los parámetros previos al 2019 como orientación necesaria para retomar la acumulación neoliberal en un panorama de crisis de representación de sus principales instituciones, es decir, fomentando más represión, reformas a favor de las AFP celebrada por Jannet Jara, la ex minsitra del trabajo y la candidata del PC, perpetuación de las ISAPRES, más extractivismo de la mano del yerno de Pinochet. Nada nuevo significó Boric en el poder.
La crisis, el mundo polarizado y las responsabilidades políticas de las direcciones que se hace llamar de izquierda o progresistas hacen que en la papeleta tengamos la muestra más concreta de la descomposición social: Kayser o Kast, junto a la pinochetista de Matthei. Así avanzará la agenda impuesta desde arriba, nuestra deficiencia dentro de la izquierda es no tener una referencia amplia y unitaria para postularnos, un debate que comenzamos a entablar a través de nuestra propuesta La unidad de la izquierda anticapitalista: necesidad urgente: “nos parece fundamental que las distintas fuerzas que nos ubicamos en el terreno del antiimperialismo, el anticapitalismo y la lucha por el socialismo hagamos un esfuerzo de confluencia que no se limita a nuestras respectivas militancia orgánicas sino que sea el puntapié para una convocatoria más amplia a los activismos que existen en diversos frentes de lucha y que son una fuerza decisiva para poner en pie una alternativa real con capacidad de incidir y gravitar, insistimos no solamente en el plano táctico-electoral.”
La actuación en todos los terrenos de la lucha de clases es central, ya que las direcciones, por más en crisis que estén, no desaparecen sin una disputa ideológica y política. El rol del Partido Comunista en la contención del movimiento de masas es cada día más evidente: fomenta reformas al servicio de la patronal y vacía de participación real a las centrales sindicales. Al mismo tiempo, ilusiona con figuras como Jadue, quien, sin romper con la política de integración al régimen del propio Partido Comunista, alimenta diques discursivos dentro del mismo esquema de la institucionalidad actual.
Por eso, no podemos limitarnos únicamente al plano táctico-electoral. La militancia cotidiana en los lugares de trabajo, de estudio y en los movimientos sociales, impulsando una política revolucionaria, es decisiva para la reconstrucción de una izquierda con vocación de poder. Algunos compañeros, defraudados, restringen su participación orgánica al sindicalismo o a instancias sociales, aislándose de la disputa política. Desde nuestra perspectiva, la recuperación de una dirección coherente para la clase obrera es parte integral de la construcción de una organización revolucionaria, en la que podamos deliberar y sintetizar colectivamente, sin una herramienta de las y los trabajadores propositiva programáticamente no podremos superar a la izquierda que se adapta, pacta y le abre las puertas a la ultraderecha.
Frenar la continuidad neoliberal y enfrentar a la ultraderecha construyendo alternativa anticapitalista
La etapa que comenzamos a transitar exige esfuerzos unitarios y debates fraternos. Retomar las banderas de una izquierda clasista, socialista e internacionalista forma parte de la confluencia necesaria para reivindicar derechos que hoy se encuentran amenazados en tiempos de ultraderecha. Las calles deben seguir siendo nuestras, recuperando el programa de la rebelión y construyendo la alternativa que nos hace falta:
Para terminar con la precarización de la vida: salarios iguales al costo de vida, fin del las AFP, Educación y Salud pública, gratuita y con perspectiva feminista, Estatización de los derechos básicos, Recuperar los bienes comunes, condonación de todas las deudas, acceso vivienda digna.
- Terminar con la impunidad de ayer y hoy. Juicio y castigo con cárcel a todos los genocidas de ayer y hoy. Apertura de todos los archivos de la dictadura, no a los pactos de silencio. Desmantelamiento del ejercito de Pinochet.
- Contra el extractivismo y la contaminación del agua, la tierra y el aire, prohibir la megaminería, el monocultivo y los agrotóxicos. Por una agricultura ecológica y el desarrollo de industrias no contaminantes.
- Soberanía y autodeterminación de pueblos y territorios en resistencia. Desmilitarización en Wallmapu
- Por los derechos de las mujeres y disidencias. Contra la violencia machista y los femicidios, presupuesto de emergencia para asistencia integral gratuita, refugios y subsidios a las mujeres, con control de las organizaciones de mujeres. Cupo laboral trans. Aborto legal, seguro y gratuito en el sistema de salud para todes los cuerpos gestantes. Reconocimiento y socialización del trabajo doméstico.
- Contra la casta política: Que todo funcionario cobre lo mismo que un trabajador y sea revocable.
- Contra el genocidio palestino
- Contra toda injerencia imperialista solidaridad con los pueblos del mundo que luchan contra sus gobiernos y por su autodeterminación
- Por un gobierno de los que nunca gobernamos en Chile
Estas ideas las compartimos en los diversos espacios que nos encontramos, universidades y sindicato. A su vez, proponemos prepararnos impulsando organización revolucionaria, no basta con resistir. Por eso, estamos militando con fuerza nuestra iniciativa que llevaremos adelante este 2 y 3 de mayo: la Liga Internacional Socialista, nuestra red mundial, organiza el Foro Internacional contra el Fascismo y el Sionismo, donde abordaremos los temas más urgentes que atraviesan la situación mundial y que son motivo de intensos y necesarios debates.
Súmate, hazte parte. Seamos muchas voluntades las que frenen a la ultraderecha proponiendo otro sistema, radicalmente opuesto: anticapitalista y socialista. Nuestro homenaje a los Mártires de Chicago.