La unidad de la izquierda anticapitalista: necesidad urgente

Comenzamos un nuevo año y terminamos el 2024 con nuevos casos de corrupción, más represión, extractivismo y neoliberalismo. En otras palabras, se profundiza el modelo que fue impugnado por la rebelión, llevado adelante por los autodenominados progresistas que gobiernan con la agenda de la derecha, allanando el camino para que se postulen sin resistencia lo peor del pinochetismo.

El 2025 estará marcado por el cronograma electoral y será clave para que la izquierda anticapitalista se postule, levantando el programa de la rebelión y construyendo una alternativa de unidad en la diversidad para retomar las fuerzas de las calles.

Nos aproximamos al sexto aniversario de la rebelión que cuestionó los pilares del modelo heredado de la dictadura. Las fuerzas del orden intentaron instalar la falsa conclusión como sentido común de masas planteando que el pueblo no estaba preparado, que cometió un error, que debemos continuar moderando al ritmo de lo “posible”, que hay que votar por el mal menor contra la derecha.

Argumentos más, argumentos menos, para ocultar lo central: todos los esfuerzos, desde la derecha pinochetista hasta el Frente Amplio y el Partido Comunista, han tenido como objetivo desmantelar la movilización masiva que irrumpió con fuerza, con el fin de administrar ese caudal de demandas a través de la institucionalidad actual. Por eso firmaron el espurio Acuerdo por la Paz del 15 de noviembre de 2019, por eso limitaron la Convención Constitucional, y tras la derrota del Apruebo y el fracaso de la segunda Convención, es la derecha la que impone la agenda del gobierno.

La vieja Concertación se actualiza en el poder de la mano de Gabriel Boric, mientras que el Frente Amplio y el Partido Comunista recurren a la culpa y la decepción para explicar su política en la consumación de una Concertación 2.0.

El tiempo ha transcurrido, nuevos capítulos se suman y, ante el desgaste obvio de la movilización, estamos en un momento en que es necesaria una reflexión colectiva. El 2024 será recordado por los casos de corrupción que evidencian el matrimonio entre la casta política y el gran capital, con sus influencias en las decisiones judiciales; la ya acotada democracia se estrecha con mayores medidas represivas y reformas que refuerzan a los mismos de siempre en el poder político; y nuevos voceros de la derecha intenta canalizar el descontento con xenofobia y racismo. En tanto, el 2025 comenzó con la intención de consolidar uno de los pilares centrales del saqueo salarial de las y los trabajadores del país, con el acuerdo entre el gobierno de Gabriel Boric y la derecha para reafirmar el rol de las AFP. Este pacto fortalecerá la lógica de capitalización individual gestionada por monopolios que, incluso, los propios capitalistas destacan. Al respecto, el expresidente de la Confederación de la Producción y del Comercio, Juan Sutil, señaló: “Esta reforma valida y perfecciona el sistema de AFP”.

Son momentos convulsos y de polarización, donde los partidos representantes del capital hacen todo lo posible por retomar sus beneficios a costa de precarizar a las mayorías que vivimos de nuestro trabajo. El mundo sucumbe ante la continuidad de la guerra, el genocidio palestino, desastres socioambientales, deterioro económico y la llegada al poder de la ultraderecha con personajes como Trump y Milei. Sin embargo, existen reservas acumuladas y potencialmente transformadoras en los pueblos del mundo, y también aquí en Chile, en nuestro pueblo.

La moneda está en el aire: hay espacio para poner en pie una alternativa anticapitalista

El 2024 en nuestro país hubo elecciones municipales y regionales. Las mismas expresaron por un lado, cierto nivel de contención del hastío social en los marcos de las variantes tradicionales, aunque también y lo más importante reflejaron espacio político-electoral para una izquierda independiente de todas las variantes del régimen político. Indudablemente la dispersión de nuestro campo político fue la principal debilidad a la hora de capitalizar ese potencial y transformarlo en opción positiva. Y por lo tanto, hacia un año electoral como este, esa conclusión es clave para actuar con sentido unitario, propositivo y capaz de articular una propuesta común por fuera de todas las formaciones pro-capitalistas.

En los diversos espacios que militamos surgen preguntas y cuestionamientos: ¿Se cerró el ciclo de impugnación al modelo? ¿Cómo enfrentamos a la derecha? ¿Qué alternativa debemos impulsar para evitar que el impulso por el cambio se convierta en mayor desilusión?

Obviamente el terreno electoral expresa de forma distorsionada las posibilidades para nuestro campo político. Y además, no es nuestra instancia estratégica sino un marco más de disputa e intervención por las banderas que levantamos. Por eso, junto a discutir una respuesta político-electoral articulada es fundamental avanzar más y plantearnos converger en el proceso de lucha de clases.

Por eso, nos parece fundamental que las distintas fuerzas que nos ubicamos en el terreno del antiimperialismo, el anticapitalismo y la lucha por el socialismo hagamos un esfuerzo de confluencia que no se limita a nuestras respectivas militancia orgánicas sino que sea el puntapié para una convocatoria más amplia a los activismos que existen en diversos frentes de lucha y que son una fuerza decisiva para poner en pie una alternativa real con capacidad de incidir y gravitar, insistimos no solamente en el plano táctico-electoral.

La Izquierda Ecologista y Popular, el PTR, nuestro Movimiento Anticapitalista y otras formaciones y colectivos tenemos puntos comunes, y a la vez, matices y diferencias importantes. Sin embargo, creemos que si nos enfocamos con voluntad política seria, con un método democrático, inclusivo y leal de debate, podemos contribuir a esa articulación que está haciendo tanta falta en nuestro Chile.

Algunas fuerzas mencionan al FIT-Unidad de Argentina como un punto de referencia. Como se sabe, nuestro Movimiento Anticapitalista hace parte de la Liga Internacional Socialista, cuya sección argentina, el MST es una de las organizaciones principales del FIT-Unidad, por lo tanto valoramos esa experiencia de las principales fuerzas trotskistas del país hermano. Sin embargo, su expresión programáticamente correcta, por ahora nuclea exclusivamente a fuerzas de tradición trotska y solamente se expresa como coalición electoral. En Argentina nuestro hermano MST plantea desde hace tiempo la necesidad de transformar esa coalición electoral en un movimiento político que con base en su correcto programa convoque a los activismos que simpatizan con el frente a militar en el mismo bajo un funcionamiento democrático con libertad de tendencias a su interior.

Consideramos entonces, que en Chile también tenemos que aspirar a una unidad que no se limite a lo electoral sino que articule fuerzas militantes de nuestras organizaciones y abra canales para toda esa enorme fuerza de izquierda social que existe.

Definamos ejes programáticos básicos y pongamos fecha a una convocatoria unitaria

Alzar un programa unificador es un paso crucial para retomar las fuerzas de las calles, un punto de partida para asumir el encuentro entre la diversidad de la izquierda y los movimientos sociales dispuestos a superar la fragmentación y asumir el desafío de disputar, desde la izquierda. El programa que el pueblo alzó en la rebelión:

  • Para terminar con la precarización de la vida: salarios iguales al costo de vida, fin del las AFP, Educación y Salud pública, gratuita y con perspectiva feminista, Estatización de los derechos básicos, Recuperar los bienes comunes, condonación de todas las deudas, acceso vivienda digna.
  • Terminar con la impunidad de ayer y hoy. Juicio y castigo con cárcel a todos los genocidas de ayer y hoy. Apertura de todos los archivos de la dictadura, no a los pactos de silencio. Desmantelamiento del ejercito de Pinochet.
  • Contra el extractivismo y la contaminación del agua, la tierra y el aire, prohibir la megaminería, el monocultivo y los agrotóxicos. Por una agricultura ecológica y el desarrollo de industrias no contaminantes.
  • Soberanía y autodeterminación de pueblos y territorios en resistencia. Desmilitarización en Wallmapu
  • Por los derechos de las mujeres y disidencias. Contra la violencia machista y los femicidios, presupuesto de emergencia para asistencia integral gratuita, refugios y subsidios a las mujeres, con control de las organizaciones de mujeres. Cupo laboral trans. Aborto legal, seguro y gratuito en el sistema de salud para todes los cuerpos gestantes. Reconocimiento y socialización del trabajo doméstico.
  • Contra la casta política: Que todo funcionario cobre lo mismo que un trabajador y sea revocable.
  • Contra el genocidio palestino
  • Contra toda injerencia imperialista solidaridad con los pueblos del mundo que luchan contra sus gobiernos y por su autodeterminación
  • Por un gobierno de los que nunca gobernamos en Chile

Creemos que sobre esta base, podríamos primero reunirnos representaciones de distintas fuerzas políticas y sociales para avanzar en esta perspectiva y plantearnos una agenda que incluya plenarios o asambleas abiertas de nuestras militancias y el activismo que quiera participar.

De nuestra parte, total vocación y predisposición.