Por Camilo Parada y Martín Miranda
Tras más de 20 hs se votó finalmente en diputados la acusación constitucional contra el asesino de Piñera. El centro del proceso se apoya en las maniobras fraudulentas en la venta de la minera Dominga y su actividad a través de “paraísos fiscales”, una maniobra regular de las élites continentales. La oposición aprovechó para montar un show mediático que les de impulso en el tramo final de la campaña y ahora va al Senado donde no existirían los votos para lograrlo. Empujar desde las calles para hacer realidad lo que el régimen pretende evitar es el camino.
El delincuente y el show
No puede quedar duda alguna, porque así lo gritamos en la calle y en todas partes donde tuvimos la oportunidad, que Piñera se tiene que ir. No solo ser destituido sino pagar en la cárcel su larga lista de crímenes contra el ambiente, los derechos humanos y sociales, por ser el verdugo de nuestro país al servicio de la minoría privilegiada que integra. Así lo planteamos cuándo muchos que ahora realizan “gestos” se sentaban a la mesa del pacto, mientras quienes construyeron en las últimas horas el show “épico” de hacer lo que les corresponde. “Qué el diputado habló 15 hs para esperar a su colega” “Qué le hicieron una jugada al Seremi para que el otro diputado ingrese” Esa épica tiene olor, color y sabor a elecciones aproximándose y en una campaña con muchos contagios, pocas propuestas y menos entusiasmo no hay mejor camino que el circo.
Dicho esto, el acusado tiene todos los méritos para ocupar ese lugar, el resultado de la votación refleja distorsionadamente (si se hiciera una consulta popular seguramente la diferencia a favor de que Piñera se vaya sería abrumadora) un reclamo que lleva más de dos años y el conjunto del régimen político, desde la derecha a la centro izquierda se preocuparon por aplastar, hasta poder controlar sus efectos y utilizarlo como un arma electoral.
Una muestra cabal de este juego tiene que ver con la reducción absoluta al tratamiento de la iniciativa en el congreso, sabiendo que el resultado a priori es cantado en senadores. No extraña de los ejecutantes, es su lógica permanente la de introducir en el angosto mundo parlamentario las demandas más sentidas de nuestro pueblo para abanderarse en ellas.
Pero entonces ¿Es posible lograr que se vaya el asesino?
Claro que sí, pero sin confiar en aquellos que juegan con nuestras demandas. Si hay una enseñanza que debemos marcar a fuego quienes salimos en octubre del 2019 a decir que Chile despertó, es que movilizados y movilizadas tenemos una enorme fuerza. Así logramos abrir el camino del cambió constitucional, así logramos terminar con la falsa idea del oasis neoliberal, que hoy muestra se ve dramáticamente en la realidad económica que sufrimos las familias trabajadoras.
Recuperemos esa fuerza para que Piñera caiga por nuestra mano, para que además de ser destituido también pague por sus crímenes y para que también el conjunto de los actores de este régimen podrido de estafas, represión y ecocidio lo acompañen en su destino, para que por esa vía desmontemos también las estructuras que los amparan.
Desde el Movimiento Anticapitalista estamos a disposición de realizar esos esfuerzos, sumando además la importante tarea de construir una alternativa que no se contente con los shows mediáticos, sino que se ponga a la cabeza de las demandas que siguen sin resolverse. Sumate a pelear por aquello junto a nosotros y nosotras.