Por Maura Fajardo Gálvez y Camilo Parada Ortiz, Movimiento Anticapitalista
Escribimos esta carta abierta a las y los convencionales electos independientes, a la Lista del Pueblo, de los movimientos sociales y de la izquierda anticapitalista. A su vez, la compartimos al activismo que se expresó en las calles y ratificó su voluntad de cambios en las pasadas elecciones.
Sin dudas, las elecciones del 15 y 16 de mayo vinieron a patear el tablero de la política de los 30 años y una vez más, el nuevo Chile nacido de la revuelta se manifestó en contra quienes administraron la herencia del pinochetismo, una voluntad popular que dijo claramente que la derecha y la ex – Concertación no van más, pero también planteó claramente que se tiene que renovar todo al votar por nuevas voces: independientes y la izquierda anticapitalista.
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Por nuestra parte, desde el espacio que forjamos con las candidaturas que nos tocó asumir como vocería de nuestra joven organización, el Movimiento Anticapitalista y del Comando de Independientes anticapitalistas, feministas y ecosocialistas, estamos contentas y contentos por ser parte de esta manifestación y haber sumado una importante votación en los distritos que nos presentamos, el D10 y el D12, superior, en muchos casos, a personeros de la vieja política. Opinamos que un programa transformador a favor de las mayorías trabajadoras y sostener la necesidad de construir una organización como alternativa revolucionaria tuvieron eco a nivel electoral, así lo evaluamos.
Pero el proceso fue de una envergadura superior y más allá de los análisis individuales, es posible sumar un indicador mayor y alentador, la votación a lo largo del país por alternativas independientes, en especial a la Lista del Pueblo, de los movimientos sociales y de luchadoras del WallMapu. Es tan evidente el mensaje que hasta el gobierno criminal de Piñera debió reconocerlo y la mayor parte de los partidos de los 30 años hoy vuelcan sus mensajes a la “fuerzas independientes” con el objetivo claro de anularlas. Las primeras respuestas frente a ese intento del régimen de anular nuestras fuerzas fueron importantes, pero entendemos que la emergencia rebelde que nos llevó a ser parte de una referencia de las calles conlleva una gran responsabilidad. El desafío es que las expectativas puestas en el presente no se diluyan y podamos hacer de quienes votaron unos sujetos políticos activos para los cambios que requiere el país.
Es en ese sentido que hace pocos días escribimos un artículo sobre los desafíos para la CC, proponiendo ideas programáticas y la necesidad de sumar espacios deliberativos de base para que sumemos más pueblo al proceso y podamos transformar la instancia en favor del 99%. En resumen, pensamos que la Convención nacida del Pacto que salvó a Piñera de caer y reglamentó los cambios se tiene que desobedecer, comenzando por exigir la libertad a todas y todos los presos políticos de la rebelión sin condiciones, en simultáneo declarar la CC en una Asamblea Constituyente Libre y Soberana para que podamos discutir absolutamente todo en ella, un proceso posible si sumamos la movilización activa. Reservas sociales existen para lograrlo, la muestra clara fueron las elecciones, ahora debemos pasar del voto a la auto-organización de las y los miles que adhirieron a las ideas de cambio, retomando lo mejor de la experiencia de octubre-noviembre del 2019.
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Es posible y también necesario, ya que la entrada de la pandemia aceleró la crisis económica profundizando las desigualdades, aumentando la cesantía y la precarización de la vida, mientras sufrimos las consecuencias del COVID en un sistema de salud desmantelado, en tanto debemos afrontar una cuarentena con fines represivos y no sanitarios. A su vez, la violencia machista aumenta y la depredación de la naturaleza no se detiene sobre nuestros territorios. Un escenario que demuestra que la lógica del modelo defendido por la ex Concertación y la derecha sólo beneficia a quienes concentran el poder económico y político, acrecentando incluso sus fortunas al hacer pagar la crisis a las y los trabajadores.
Con estas perspectivas les saludamos y miramos con optimismo los desafíos que se presentan y desde ya, el Movimiento Anticapitalista y el espacio social que logramos impulsar se ponen a disposición para trabajar codo a codo para robustecer las ideas de cambio en la constituyente, mientras forjamos espacios para que la voluntad popular tenga un canal democrático y las y los convencionales electos sean una gran vocería de las voces de los pueblos. Sostener el camino emprendido, confluir unitariamente y forjar la activación política será central para los desafíos del presente. Creemos que es posible y necesario impulsar con premura asambleas, foros y todo tipo de espacios de autoorganización popular para sostener y tonificar la acción constituyente de los próximos meses, con un método democrático y respetuoso podemos darle a la fuerza electoral un contenido superior de organización y programa.
Nunca más sin el pueblo trabajador, es hora de transformar todo y llenar de luchadoras y luchadores todos los espacios de decisión política.