Por Maura Fajardo Gálvez, candidata independiente a constituyente por el Movimiento Anticapitalista en el D12
Finalizando el verano los contagios de COVID se comparan con los índices de junio-julio del 2020. Dinámica que empeorará en los meses posteriores, ya que Piñera prioriza la represión y la ganancia privada en vez de la vida y salud de quienes movemos el país.
La pandemia en tiempos de Piñera
Desde los últimos días de febrero, según los datos del Ministerio de Salud, los casos nuevos de COVID-19 rondan los 5.000 diarios, situación sólo comparable a los peores momentos de la pandemia en el invierno del año pasado. Este repunte de los contagios se sintoniza a nivel mundial con el surgimiento de la nueva variante de SARS-CoV-2 como consecuencia de las deficientes medidas sanitarias que apunten al cuidado de la salud de las mayorías.
Este hecho lamentablemente no es de extrañar, el gobierno de Piñera, al igual que sus pares del mundo, han priorizado la ganancia de una minoría que concentra el poder económico por sobre las mayorías que trabajamos. Es así que la tendencia es relativizar la pandemia para poner en marcha la economía que depende de las y los trabajadores, por lo tanto, volcando el retorno laboral y educativo sin tener el control del virus.
Esta lógica, el de la ganancia privada por sobre la vida, es parte de la irracionalidad del sistema capitalista en dónde la anarquía mercantil fomenta la especulación sobre un derecho básico y fundamental como es el acceso a la vacuna, otorgando grandes fortunas a un grupo reducido de laboratorios. Mismo principio que rige a la salud que, privatizado el sistema expulsa a millones de la posibilidad de una atención en tiempos de pandemia.
Las consecuencias de esta deriva en nuestro país, es que desde la entrada de la pandemia se registran más de 860.000 casos y más de 22.000 muertes. Este antecedente pareciera no reflejarse con las políticas del gobierno que, en detrimento de la salud y la vida, aprovecha de descargar la crisis económica sobre las y los trabajadores y, además intenta profundizar el camino represivo para frenar la ola de protesta que no para desde la revuelta.
Esto se expresa en la Ley de Protección al Empleo que mantiene a miles de familias trabajadoras sin sustento, vaciando su seguro de cesantía para beneficiar al empresariado, una ley que contó con el apoyo del Partido Comunista. A su vez, con los índices disparados en febrero, el gobierno lanzó una ofensiva miserable contra el profesorado acusándolos de flojos para imponer el retorno a clase, así mismo extiende el estado de excepción mientras somos millones que cada día utilizamos el transporte saturado y sin medidas sanitarios. El resultado es que este a principios de marzo ya esté el 94% de la capacidad hospitalaria ocupado, la represión aumenta y la carestía de la vida se profundiza.
Frenar al gobierno para detener los contagios es posible y necesario
La respuesta del gobierno se basa en irracionalidades para mantener la ganancia de los grandes capitalistas, es por eso que a inicios de la pandemia el ex ministro de Salud, Jaime Mañalich, declaró que el virus podría transformarse en buena persona y ahora, el vocero de gobierno, Jaime Bellolio, lanzó en relación a los contagios que “no he visto paper científico que diga que eso pasa en las misas o en otros ritos religiosos”. Así resguarda instituciones medievales con argumentos anticientíficos, mientras un bien social como las artes y la cultura tiene a sus trabajadores y trabajadoras sin remuneración ni protección frente a la pandemia.
Esta situación se puede revertir, frenar las políticas del gobierno que apuntalan la vida, la salud y el trabajo de las mayorías sociales del país, invirtiendo la irracionalidad para poner en marcha un plan que parta por poner en el centro la vida y salud, no la ganancia capitalista.
- Es posible y necesario disponer todo el sistema de salud privado, con sus insumos e infraestructura, bajo un único sistema de salud público, gratuito y universal, con salarios dignos del todo el personal. De esta manera enfrentar el déficit hospitalario.
- Es posible y necesario avanzar en contra la cesantía, repartiendo las horas de trabajo e igualando el salario al costo real de la vida, derogando leyes nefastas como la de protección al empleo.
- Fin al Estado de Excepción y al toque de queda. Es posible una cuarentena sanitaria en dónde la vida de las mayorías sea sostenida por el Estado a base de un fuerte impuesto a las grandes fortunas, que la crisis la paguen los capitalistas, no el pueblo trabajador.
- Es necesario para frenar la cesantía el reparto de las horas de trabajo e igualar el salario al costo real de la vida.
- Derogar las patentes de las vacunas para asumir un plan integral y masivo para todas y todos, sin especulación de los laboratorios.
Estas ideas, contrario al negacionismo conveniente del gobierno, apuntan a cuidar a quienes movemos el mundo y no a una minoría peligrosa concentrada en el poder económico y político. Planteamos que no solo es necesario, sino posible si activamos la movilización y organización, sin pactos ni pasividad ante el gobierno como bien acostumbrada está la izquierda parlamentaria. De nuestra parte, como Movimiento Anticapitalista nos disponemos a dar esta pelear para frenar al gobierno y detener la crisis sanitaria y económica que golpea a nuestro pueblo.