Por Francisca Barbosa y Camila Millaray, Juntas y a La Izquierda – Movimiento Anticapitalista
La profunda crisis sanitaria y económica que está cargando el conjunto de nuestra clase, devela una realidad que al capitalismo siempre le ha interesado invisibilizar: el trabajo doméstico y de cuidados que ejercen las mujeres de la clase trabajadora sostiene al mundo y su no reconocimiento beneficia principalmente a las clases dominantes. Hoy, el llamado es a quedarse en casa, pero ¿Qué pasa al interior de los hogares? ¿Quiénes cubren por completo el rol de la escuela y la sala cuna? ¿Quiénes cuidan a les niñes y enfermos? ¿Quiénes paran la olla y mantienen los cuidados de la familia? La única propuesta dirigida a madres que ha surgida en el Congreso en todo este período de pandemia, ha sido el Post Natal de Emergencia el pasado 23 de marzo. Sin embargo, el 17 de junio se declaró inadmisible y el gobierno propuso su propio plan con el fin de que una vez más, sean las trabajadoras la que paguen la crisis. Un nuevo ataque de este gobierno criminal.
Salvar al capital, precarizar la vida de las madres trabajadoras
Tres meses estuvo en el Congreso el proyecto para que el gobierno le de la espalda e insista en que esta ley sería regresiva y que no apunta a los factores de fondo que han generado esta crisis. La ministra del Trabajo declaró: «El postnatal de emergencia, como Ejecutivo, no lo vamos a respaldar, porque es una iniciativa que tiene un universo de beneficiarias muy restringida, solo 22 mil mujeres y tiene un costo de 100 millones de dólares”. Cabe preguntarse ¿Cuáles serían los factores de fondo que generaron la crisis según ellxs? Porque al menos nosotrxs vivimos en carne propia el costo de sus políticas, cuyo caminohasido el de cargar en los hombros del conjunto de la clase trabajadora leyes anti obreras, anti mujeres y medidas represivas, que han resultado en la cifra descontrolada de contagios y ahora atentando directamente a las mujeres y/o cuidadores de las y los niños.
La situación que están viviendo las madres trabajadoras es de completa desprotección de sus vidas y sus trabajos, tanto respecto a aquel trabajo que se reconoce y al que se le asigna un salario, como el que no es reconocido y del cual el Estado se desentiende ¿Por qué sucede esto? Porque el capitalismo y el patriarcado nos han hecho pensar que la tarea de criar y cuidar a una familia es 1. Un tema privado e individual y 2. Una tarea exclusiva de los cuerpos feminizados cuyas vidas siempre valen menos. Si el conjunto de la sociedad reconociera que la crianza y el trabajo al interior del hogar es un tema político y cumple una función social que debería interesar y responsabilizar al conjunto de la sociedad, colectivizando tareas y democratizando los espacios, una de las estructuras fundacionales del sistema como lo conocemos sería completamente arrasado.
Claramente esto es una amenaza para quienes están hoy en el poder que quieren que las madres paguen con sus propios ahorros la supervivencia de sus hijes, sin ninguna garantía de bienestar. Por el contrario, la única garantía que ha entregado este gobierno es resguardar las ganancias del capital en desmedro de las y los trabajadores. En este camino, se inscribe la salida que Piñera anuncio para suplir el proyecto de Ley de Post Natal de Emergencia para enviar el proyecto “Crianza Protegida” que consta en que las madres que estén por terminar el postnatal, se puedan acoger a la Ley de Protección del Empleo y así poder optar a su seguro de cesantía según les corresponde, más un 5% y con un mínimo garantizado de 300 mil pesos.
La medida que anuncia Piñera es criminal, pues las madres trabajadoras tendrán que optar por su trabajo o por la salud de ellas y sus hijas e hijos. Acogerse a la Ley de Protección del Empleo, implica nada más que la obligación de pagar la crisis, quedar completamente desprotegidx ante los empleadores y la cesantía y directamente mandar a la casa a las madres trabajadoras a comerse sus propios ahorros del seguro de cesantía, es decir, ni el gobierno ni las y los empresarios asumen la responsabilidad de una crisis que ellxs mismxs han causado. Ellxs comen alimentos de primera calidad, nosotras somos atacadas por la pobreza y hasta criminalizadas en la olla común.
En acuerdo contra la vida de las y los trabajadores
Así, frente a uno y otro anuncio por parte de este gobierno, de medidas que precarizan nuestras vidas, la oposición acepta las propuestas de acuerdos ¿Acuerdos para beneficiar a quién? Recordemos que la principal arremetida patronal impulsada por el gobierno de Piñera fue amparada por el Partido Comunista, el FA y de ahí hacia la extrema derecha con la Ley de Protección al Empleo. Y qué, si hoy sigue a la cabeza este gobierno, fue porque la mayoría de los partidos acordaron que así fuese a través del pacto que firmaron en noviembre. Por lo tanto, avalar el proyecto de Crianza Protegida es seguir aceptando ser cómplices de políticas contrarias a la vida, pero también es seguir oxigenando a la derecha. Es avalar que las madres trabajadoras deban escoger entre mantener un trabajo o contagiarse por COVID, una vez más. Darle, aunque sea una mínima posibilidad de vida a este proyecto como lo ha hecho la presidenta y diputada de Revolución Democrática, Catalina Perez, al señalar que ambas propuestas podrían complementarse, es continuar en la línea de siempre donde somos nosotras las que pagamos.
La necesidad de un Post Natal de Emergencia sin ninguna restricción es urgente e inmediato y no puede estar cuestionada por los gastos que involucran para el Estado, porque hablamos de derechos básicos, de mínimos de dignidad para las mujeres y la infancia, hablamos incluso dentro de los mismos márgenes del Estado de Derecho controlados por ellxs y las obligaciones en protección de DDHH que el mismo Estado ha aceptado. Recordemos además que el gobierno ha destinado sólo el 4,7% del PIB, es decir 11.750 millones de pesos, para enfrentar las consecuencias de la crisis y anunciar un Plan Económico de Emergencia. Si comparamos, no es ni la mitad del dinero que robaron Carabineros en el famoso caso “Pacogate”.
Lo que necesitamos es un sistema único de cuidados
Necesitamos garantizar la vida, los derechos de la infancia y el trabajo de las madres. Es un asunto de supervivencia. Por ello, el Post Natal de Emergencia, sin restricciones es un paso que se tiene que dar. Al igual que debemos rechazar todos los intentos del gobierno de seguir cargando la crisis en los hombros de la clase trabajadora y exigir la socialización de los cuidados en un sistema único, al mismo tiempo que cuestionamos la división sexual del trabajo, la maternidad obligatoria y los roles impuestos por el patriarcado. Ninguna mujer debe decidir entre trabajar o vivir. Además, que el Post Natal de Emergencia debe ser cubierto por Estado, garantizando un ingreso mínimo de $500.000 sin tocar los fondos del seguro de cesantía y que sea para todas las mujeres de la clase trabajadora, sin discriminar la naturaleza de su trabajo, situación migratoria o edad de les niñes.
Sabemos que este gobierno, amparado por los partidos del régimen, solo tiene para ofrecer miseria y hambruna. ¡Hoy más que nunca, debemos impulsar la lucha por un sistema único de cuidados y de una sociedad completamente distinta donde la maternidad sea liberadora y deseada!