Cumplimos un mes del estallido que nos mantiene en las calles protestando contra este modelo que nos precariza la vida. En las barricadas, en las plazas, paralizando el país en huelgas generales, debatiendo y desarrollando la autoorganización en asambleas y cabildos. Desde abajo, sin individualidades ni representantes de quienes han gobernado los últimos 30 años, construyendo un proceso que sacudió la estructura institucional, política, social y económica heredada del pinochetismo.
Luego de la huelga general del 12 de noviembre, con el gobierno y la derecha acorralados, toda la casta política incluido el Frente Amplio y el Partido Comunista, se apresuró a buscar un camino para intentar sacar la política de las calles y devolverla a un cauce institucional. Así le dieron un nuevo oxígeno a un gobierno tambaleante, cocinando, entre gallos y medianoche, un pacto a espaldas del pueblo movilizado.
Con un plebiscito recién en abril del 2020 para preguntar lo que ya el pueblo gritó en las calles y sin mencionar la opción de “Asamblea Constituyente”. Proporcionando a la derecha el poder del veto mediante la exigencia de 2/3 de los integrantes de la “Convención” para aprobar los artículos de la nueva constitución. Sosteniendo el actual sistema electoral para la elección de diputadxs “convencionales” que da prioridad a los partidos tradicionales. De fondo cambios a la medida de lo posible en los límites de la constitución de Pinochet.
Repudio popular, debacle y ambigüedades de la izquierda que pacta
Sin embargo, el cambio que vive nuestro país es histórico, nada será como antes. La revancha histórica que hizo que el pueblo asaltara la política desmanteló toda la falsa ideología del “no se puede” pregonada por quienes se adaptan al poder.
A pesar de todo el intento por cerrar el proceso de movilización, incluyendo una intervención “por la paz” en la Plaza Italia y luego nuevamente la represión, cientos de miles volvimos a ganar las calles el viernes 15. Sindicatos, colectivos feministas, asambleas y organizaciones del pueblo movilizado, se pronunciaron rápidamente contra el pacto. El “pacto por la paz” debutó, sumando una nueva muerte por responsabilidad de la represión del Estado.
Se desataron crisis al interior de gran parte de los partidos del régimen. Particularmente al interior del Frente Amplio que no se limitó solo a firmar el pacto, sino que además se convirtió en uno de los principales voceros de su defensa. Se sucedieron renuncias y pronunciamientos de rechazo. Con la firma del pacto, la dirigencia del Frente Amplio ha coronado un proceso que en menos de dos años lo transformó definitivamente en parte de lo viejo.
El Partido Comunista intentó cubrirse ensayando posiciones ambiguas, pero siempre marcando su predisposición a participar de una salida institucional. Levantó una acusación constitucional sin votarla en el momento en que se deliberaba, acordó con la DC un arreglo para negociar con el gobierno, luego se abstuvo del pacto, finalmente planteando que es un avance positivo. Todo esto en pocos días.
Es el momento de un nuevo proyecto de izquierda
Sabemos que somos miles los que repudiamos la “cocina” de la casta política. Hemos dialogado con cientos de activistas desencantados con la izquierda parlamentaria que se sumó o avaló el pacto. Compañeras y compañeros que nos encontramos en las calles, militantes y simpatizantes del FA y de las juventudes del PC, también grupos y tendencias que han manifestado su repudio al accionar de direcciones que han colaborado con una salida pactada con la derecha.
A todxs ellxs les decimos: Ahora es el momento de poner en pie una nueva alternativa. Necesitamos construir una herramienta política para robustecer la movilización y la autoorganización, no suplantarla, sino que sirva para profundizar el proceso y preparar el camino para que gobernemos quienes nunca hemos gobernado. Llegó la hora de romper con todo lo viejo e iniciar la construcción de un proyecto anticapitalista y verdaderamente revolucionario.
Que sea consecuente, democrático, feminista, ecosocialista y con perspectiva internacionalista. Que luche, en lo inmediato, contra el Pacto y la impunidad de Piñera, por una huelga general hasta que caiga, organizada desde los comités de huelga y asambleas, para imponer una Asamblea Constituyente Libre, Soberana, Democrática y Plurinacional. Desde allí impulsar:
- Para terminar con la precarización de la vida: salarios iguales al costo de vida, fin del las AFP, Educación y Salud pública, gratuita y con perspectiva feminista, Estatización de los derechos básicos, Recuperar los bienes comunes, condonación de todas las deudas, acceso vivienda digna.
- Terminar con la impunidad de ayer y hoy. Juicio y castigo con cárcel a todos los genocidas de ayer y hoy. Apertura de todos los archivos de la dictadura, no a los pactos de silencio. Desmantelamiento del ejercito de Pinochet.
- Contra el extractivismo y la contaminación del agua, la tierra y el aire, prohibir la megaminería, el monocultivo y los agrotóxicos. Por una agricultura ecológica y el desarrollo de industrias no contaminantes.
- Soberanía y autodeterminación de pueblos y territorios en resistencia. Desmilitarización en Wallmapu
- Por los derechos de las mujeres y disidencias. Contra la violencia machista y los femicidios, presupuesto de emergencia para asistencia integral gratuita, refugios y subsidios a las mujeres, con control de las organizaciones de mujeres. Cupo laboral trans. Aborto legal, seguro y gratuito en el sistema de saludpara todes los cuerpos gestantes. Reconocimiento y socialización del trabajo doméstico.
- Contra la casta política: Que todo funcionario cobre lo mismo que un trabajador y sea revocable.
Para que la casta no nos arrebate en la cocina lo que hemos conquistado millones en las calles, la tarea fundamental del presente es construir una alternativa política que sea consecuente en esta pelea. A quienes simpatizan con estas ideas, les invitamos sumarse a construir el Movimiento Anticapitalista para impulsar una Nueva Izquierda Anticapitalista para transformar el país.