Se aprobó la reducción a 40 horas de la jornada laboral, uno de los proyectos insignia del gobierno de Gabriel Boric promovido principalmente por el PC. Tras el manto de supuesto avance en derechos laborales se esconde la flexibilidad y precarización para quienes vivimos de nuestro trabajo, es por eso que la patronal y la derecha celebraron la aprobación del proyecto que incluyó todas sus indicaciones, transformándose en un “acuerdo transversal”. La agenda neoliberal suma un nuevo punto, organizar la respuesta es fundamental para enfrentar al gobierno.
Por Joaquín Araneda, Movimiento Anticapitalista
El proyecto de reducción laboral de 45 a 40 horas semanales se puso en debate durante el 2017 cuando la entonces diputada, hoy ministra de gobierno, Camila Vallejo junto a la diputada Karol Cariola, ambas del Partido Comunista (PC), presentaron el proyecto de ley que modificaría el Código del Trabajo. Seis años pasaron y con Gabriel Boric en el gobierno se retomó su tramitación, destrabando junto al empresariado y la derecha las negociaciones. Así se asumió un apoyo de un amplio abanico en la Cámara de Diputados y el Senado que permitió que fuera ley y sea un eje central en víspera a los discursos del 1° de mayo de la burocracia de la CUT en sintonía con el gobierno.
La ley y sus trampas
Con el telón publicitario de campañas electorales el PC hizo de las 40 horas un motor de acción frente a una demanda sentida por la clase trabajadora que en condiciones precarias mantiene de las jornadas laborales más altas en la región, 45 horas, sin contar el desplazamiento en una ciudad fragmentada para apartar las mayorías populares, ni contar con el trabajo doméstico no remunerado de las mujeres. En dicho marco, lo celebrado en un puesta en escena con llantos incluidos esconde un sinfín de letras chicas que fue sintetizada en la unanimidad que el reaccionario Senado demostró para su aprobación. Repasamos:
– La ley plantea que en un plazo de 5 años el empresario deberá cumplir con la rebaja a 40 horas, es decir, no es inmediato, por lo tanto, la mínima expectativa puesta en un escenario de crisis económica será postergadas. En concreto, luego de 1 año se tendrá que rebajar a 44 hasta cumplir lo “prometido”.
– Flexibilidad pro patronal, la ley plantea que “no excederá de cuarenta horas semanales y su distribución se podrá efectuar en cada semana calendario o sobre la base de promedios semanales en lapsos de hasta cuatro semanas” (Art. 22), es decir, el promedio será determinado en relación al mes, por lo tanto, la calendarización semanal puede llegar según establezca la empresa en relación a un trabajador hasta 52 horas en una semana con un criterio de informar al trabajador con 7 días antes de tomar la decisión, mientras que la distribución será entre 6×1 con un mínimo de 4×3 entre día trabajado y de descanso.
– Falsa libertad de negociación. Para ocultar la hiper flexibilización laboral que propuso el PC en acuerdo con la patronal, la ley indica que “Si las partes acuerdan que la jornada señalada en el inciso primero del artículo anterior, pueda distribuirse en base a un promedio semanal de cuarenta horas en un ciclo de hasta cuatro semanas, la jornada no podrá exceder de cuarenta y cinco horas ordinarias en cada semana, ni extenderse con este límite por más de dos semanas continuas en el ciclo” (Art. 22). Aquel “acuerdo mutuo” celebrado por el PC hace suponer una relación con cierto peso de las y los trabajadores, aunque la realidad es completamente distinta, tras la lógica del “acuerdo” queda expuesto la completa precarización y desamparo legal que la patronal utilizará para garantizar mayor explotación, incluso como ya ha sido denunciado, potenciará despidos para recontratación con menos horas laborales que en relación con la flexibilidad laboral de la nueva ley se podrá cubrir la dependencia de tiempo y trabajo empleado. Es decir, mayor maniobra para la apropiación de plusvalía.
– Otro supuesto falso que va en relación con el anterior punto es que en caso de existir sindicatos se contemplará “Mediante negociación colectiva o pactos directos con sindicatos, y sólo respecto de sus afiliados, se podrá acordar que el tope semanal contemplado en el inciso primero se amplíe a cincuenta y dos horas en cada semana”. Este supuesto solo sirve para el relato de los administradores rojos del neoliberalismo, ya que la realidad es que en el país en una misma empresa pueden existir múltiples sindicatos sin peso, fragmentados y muchos construidos desde la propia patronal como favorece actualmente la legislación heredada de la dictadura que es dónde se ampara el actual proyecto, mientras que fomenta instituciones ligadas a la patronal ahora para negociar la flexibilidad.
– Fin a los pagos de las horas extras. El proyecto de 40 horas modifica la actual regulación del artículo 32 del Código del Trabajo para cambiar la remuneración de las horas extras por días compensatorios, lo celebrado por los voceros rojos del neoliberalismo plantean que podrán existir más días de vacaciones pero borran de la realidad que en el país se regula por valor hora, por lo tanto, según expresa la nueva ley, se podrá tener unos días más de “descanso” por el mismo valor de la hora de trabajo invertida, es decir, abaratando costo para la patronal, citamos: “Con todo, las partes podrán acordar por escrito que las horas extraordinarias se compensen por días adicionales de feriado. En tal caso, podrán pactarse hasta cinco días hábiles de descanso adicional al año, los cuales deberán ser tomados por el trabajador dentro de los seis meses siguientes al ciclo en que se originaron las horas extraordinarias, para lo cual el trabajador deberá dar aviso al empleador con cuarenta y ocho horas de anticipación. Si el trabajador no los solicita en la oportunidad indicada corresponderá su pago dentro de la remuneración del respectivo periodo. La compensación de horas extraordinarias por días adicionales de feriado se regirá por el mismo recargo que corresponde a su pago, es decir, por cada hora extraordinaria corresponderá una hora y media de feriado. En caso de que existan días pendientes de utilizar al término de la relación laboral, éstos se compensarán en conformidad a lo establecido en el artículo 73 de este Código”.
Estos puntos, entre otros, expresan el porqué de la unidad integral que se expresó con la votación en ambas Cámaras y la celebración del gran empresariado, ya que la Ley promovida por el PC y mejorada (patronalmente) por la derecha pinochetista logra una condición que buscaba las asociaciones del capital chileno hace bastante y que tras la pandemia se volvió un requisito central: la mayor flexibilidad laboral. Mientras que la ley fragmenta aún más la división entre trabajadoras y trabajadores que según el ámbito en que se desenvuelven tendrá diferencias en el impacto, así ocurre en el área de hotelería y turismo que rige las 45 horas. En lo central el proyecto de las 40 horas es parte de la agenda de profundización del neoliberalismo en un contexto de crisis global del capital, en dónde los capitalistas intentan recuperar ganancia a costa de mayor explotación, por lo tanto, requieren mayor libertad legal que es garantizada hoy por el gobierno “progresista” de Gabriel Boric, el Frente Amplio y el Partido Comunista.
Construir una salida anticapitalista frente al falso progresismo
La ley de 40 horas entre los partidos que integran el gobierno y el apoyo de la burocracia de la CUT se intentó generar como un atenuante al programa que viene aplicando como continuadores de la herencia del capitalismo neoliberal, así entre la agenda represiva y la aprobación de proyectos extractivistas se celebró el acuerdo transversal para que sea ley la supuesta reducción de la jornada laboral. Esta situación es una demostración que el gobierno de Gabriel Boric abandonó cualquier rastro de progresismo y en un contexto de crisis económica asume como el gestor de la agenda patronal.
En esa sintonía las 40 horas que busca sembrar ciertas expectativas se desplaza lejos de la realidad que afecta a las mayorías que cada día están sufriendo directamente el embate de la crisis: inflación histórica, sueldos de miseria y mayor explotación. Por lo tanto, es fundamental construir oposición al gobierno, impulsar coordinación sindical y de la izquierda para constituir un plan de emergencia para que la crisis la paguen los capitalistas que contemple el aumento salarial inmediato, congelamiento de precios y reducción laboral efectiva, este plan evidentemente requiere una acción decidida de las direcciones sindicales que correctamente han criticado el proyecto de gobierno, no basta con declaraciones que se diluyen en buenas intenciones mientras la patronal avanza con el beneplácito de la burocracia.
Desde nuestra organización apostamos a construir una alternativa combativa, anticapitalista y revolucionaria que impulse espacios deliberativos entre las y los trabajadores, sin burócratas ni funcionarios del patrón, fomentando una nueva cultura y métodos organizativos democráticos lejos del viejo sindicalismo institucionalizado que el Partido Comunista utiliza para el gran empresariado como lo expresa al mando de la CUT. Es por eso que nos organizamos políticamente en el Movimiento Anticapitalista en Chile y en el mundo con la Liga Internacional Socialista, proponiendo un programa transformador para garantizar el pleno empleo, reparto de horas de trabajo, reducción de la jornada laboral sin afectar el salario, es decir, que todos trabajemos no más de 6 horas diarias, 5 días a la semana y con sueldos igual al costo de la vida, para eso es necesario enfrentar si o si a la patronal, sin miedo, a través de la movilización y la huelga, tal como se logró con las 8 horas laborales que hoy retroceden en el país. Organízate con nosotras y nosotros y construyamos la alternativa que hace falta, robusteciendo una herramienta para que gobiernen las y los trabajadores.