Una constitución para un Chile de las mayorías

Por Movimiento Anticapitalista en el periódico Alternativa Anticapitalista Nº5

Vivimos tiempos históricos, estamos recuperando las calles a pesar de la pandemia. En el último año provocamos cambios que parecían imposibles y también sufrimos traiciones y pactos. Pero está historia lejos está de terminarse, nos encontramos en medio de una pelea clave por el presente y el futuro de las mayorías explotadas de nuestro país. Desde el Movimiento Anticapitalista queremos proponer algunas coordenadas sobre la constitución que imaginamos y por la que te invitamos a luchar con nosotres.

El capitalismo, en todas sus versiones, no va más

Una primera conclusión que queremos compartir y debatir es la del fracaso del capitalismo en todas sus variantes, es un modelo agotado que nos ha llevado a crisis tras crisis cada una más profunda que la anterior. A ese derrotero le ha sumado las catástrofes ambientales producto de su fase extractivista, el aumento de las opresiones y la violencia contra las mujeres, las disidencias, los pueblos originarios y otros sectores. Es decir, ni su faceta “de bienestar” ni su faceta “salvaje” tiene más nada que ofrecerle a la humanidad. Y esto tiene una cuestión de origen, es un sistema basado en la ganancia, en la concentración y el aumento de la riqueza de unos pocos, lo que solo puede lograrse con el aumento de la miseria y las penurias en las mayorías.

Frente a eso, queremos proponerte lo que algunos definen como una utopía, algunos que entienden que es posible seguir soportando este sistema podrido.

La economía al servicio de la humanidad y el planeta

Nuestra constitución cuestionaría la propiedad privada como motor fundamental de la economía, proponemos una propiedad colectiva y social de los resortes fundamentales y las áreas estratégicas, comenzando por los bienes comunes. Eso permitiría planificar la economía y no depender de los intereses de las corporaciones. Decidir que producimos y como lo producimos en base a las prioridades establecidas socialmente.

¿De donde partir? Creemos que, por garantizar las necesidades básicas de nuestro pueblo, terminar con el hambre, garantizar la salud y la educación, la vivienda. Todos derechos fundamentales que hoy no son más que decorado en las constituciones del mundo y también en la de Chile. Para que los derechos sean efectivos se deben remover las trabas que los restringen, todo lo contrario de lo que sucede hoy, donde la propiedad privada y sobre todo la propiedad privada de las corporaciones y los ricos es la máxima ley.

Propiedad social entonces, como una base para un sistema distinto.

Sobre otra base económica construir un nuevo régimen político

Como no puede ser de otra manera, el monopolio de la economía en manos de la burguesía se sostiene con la construcción de un régimen político a su imagen y semejanza. Es una gran mentira que el Estado capitalista que hoy conocemos sea representativos de todes, se trata de una construcción creada al servicio de sostener el actual orden de cosas. Por eso, necesitamos transformarlo profundamente y reconstruir nuevas instituciones.

La constitución por la que peleamos contempla formas de gobierno colectivas, asentadas en la participación realmente democrática de la clase trabajadora y el pueblo, con mandatos revocables y una gestión social de los intereses y necesidades sociales. Las asambleas territoriales sin dudas muestran un avance del tipo de instituciones que creemos, por supuesto embrionario, la organización de base de las y los trabajadores en este punto es fundamental.

Retomar el camino revolucionario para transformarlo todo

Evidentemente, estos cambios que mencionamos no se pueden lograr “dialogando” con quienes controlan la economía y el Estado, lo demuestran día a día con sus pactos, su represión, su violencia contra todo lo que cuestione su poder.

Por eso, lejos del discurso del “no se puede” de algunos que se hacen llamar de izquierda, el camino para provocar los cambios que necesitamos es el camino de la organización y la lucha revolucionaria, el camino que iniciamos en octubre del 2019.  A la movilización masiva tenemos que sumarle organización, mayor desarrollo de las asambleas y cabildos, recuperar los sindicatos de manos de la burocracia y el funcionariado y ponerlos al servicio de esta pelea.

Para lograrlo hace falta una fuerza política que impulse consecuentemente esta perspectiva y se juegue a construirla día a día, nucleando a las y los trabajadores, la juventud, el movimiento feminista, el activismo socioambiental. Desde el Movimiento Anticapitalismo queremos construir esa fuerza, te invitamos a construirla con nosotres.

Anticapitalitas

  • Para terminar con la precarización de la vida: salarios iguales al costo de vida, fin del las AFP, Educación y Salud pública, gratuita y con perspectiva feminista, Estatización de los derechos básicos, Recuperar los bienes comunes, condonación de todas las deudas, acceso vivienda digna.
  • Terminar con la impunidad de ayer y hoy. Juicio y castigo con cárcel a todos los genocidas de ayer y hoy. Apertura de todos los archivos de la dictadura, no a los pactos de silencio. Desmantelamiento del ejercito y los pacos de Pinochet.
  • Contra el extractivismo y la contaminación del agua, la tierra y el aire, prohibir la megaminería, el monocultivo y los agrotóxicos. Por una agricultura ecológica y el desarrollo de industrias no contaminantes.
  • Soberanía y autodeterminación de pueblos y territorios en resistencia. Desmilitarización en Wallmapu
  • Por los derechos de las mujeres y disidencias. Contra la violencia machista y los femicidios, presupuesto de emergencia para asistencia integral gratuita, refugios y subsidios a las mujeres, con control de las organizaciones de mujeres. Cupo laboral trans. Aborto legal, seguro y gratuito en el sistema de salud para todes los cuerpos gestantes. Reconocimiento y socialización del trabajo doméstico.
  • Contra la casta política: Por un Congreso unicameral, que todos los funcionario cobren lo mismo que una trabajadora y sean revocables. Elección de cargos del poder judicial bajo mandato popular.